“AYER POR TODO EL DÍA… OCURRIÓ” 35. IV Parte.
Cuando ahora en el pueblo y pueblos vecinos se habla tanto de las “criadillas”-el otro día en la excursión el carbajento Luciano nos dijo que había cogido en un solo día 50 kilos- se nos viene a la memoria, que el hombre –cuando se dice al hombre es el hombre y la mujer- siempre ha aprovechado las plantas silvestres para su alimentación, no como actualmente su práctica tiene que ver más como hobby o como actividad saludable en la naturaleza. Ya se nos está borrando de la memoria, y “Ocurrió ayer por todo el día…”, que el Ayuntamiento se reunió el 4 de abril de 1868 – el Lunes pasado hizo exactamente 148 años, en pleno extraordinario para decir entre otras cosas lo siguiente:
“… la clase bracera en especial, que encontrándose sin trabajo (hoy estamos e4n paro y gracias a Dios no ocurre en general) no tienen con qué alimentarse, que se les ve ocupada en buscar yerbas para remediar el hambre…”. No importa el alcalde que fuera porque seguramente no lo conoceríamos.
Ahora los últimos expertos rondan entre los 75 y 80 años. Nos hemos anclado en las criadillas, porretas y carnizuelos, que por cierto el otro día “VIRGO” que fue a visitar el paraje de ”El Richoso” a ver la cueva, nos decía que los “carnizuelos” (carnezuelo) estaban vanos… que no habían engordado. Antes no se oían as palabras setas, hongos, gurumelos… todo era “carantoños”. Ahora si nos preguntaran en qué si diferencia las criadillas vaqueras de las jareras… tal vez nos pondrían en un gran compromiso; como si nos hablaran de que si tiene o no micelio los gurumelos. Lo que sí es verdad, que cuando salíamos al campo y te acuciaba la sed, no había problema, te acercaba al regato- nos habían enseñado eso de. “Agua corriente no mata gente… pará sí que la matará”. Ahora sí que hay cierta desconfianza con la aparición de los herbicidas y plásticos. Se nos había olvidado los espárragos trigueros, bueno… ¿y qué? ¿Pero dónde están también el bejiño, el hinojo, el cañagierro, lampazas y un sin fín de plantas silvestres? Con toda la información que está a nuestro alcance… pero nos falta procesarla. Por lo tanto no empecemos a dudar como el otro día en presencia de “VIRGO” y VALDIO”. Acordémonos también de aquello: “Agua que no has de beber… déjala correr”. SALUDOS.
Cuando ahora en el pueblo y pueblos vecinos se habla tanto de las “criadillas”-el otro día en la excursión el carbajento Luciano nos dijo que había cogido en un solo día 50 kilos- se nos viene a la memoria, que el hombre –cuando se dice al hombre es el hombre y la mujer- siempre ha aprovechado las plantas silvestres para su alimentación, no como actualmente su práctica tiene que ver más como hobby o como actividad saludable en la naturaleza. Ya se nos está borrando de la memoria, y “Ocurrió ayer por todo el día…”, que el Ayuntamiento se reunió el 4 de abril de 1868 – el Lunes pasado hizo exactamente 148 años, en pleno extraordinario para decir entre otras cosas lo siguiente:
“… la clase bracera en especial, que encontrándose sin trabajo (hoy estamos e4n paro y gracias a Dios no ocurre en general) no tienen con qué alimentarse, que se les ve ocupada en buscar yerbas para remediar el hambre…”. No importa el alcalde que fuera porque seguramente no lo conoceríamos.
Ahora los últimos expertos rondan entre los 75 y 80 años. Nos hemos anclado en las criadillas, porretas y carnizuelos, que por cierto el otro día “VIRGO” que fue a visitar el paraje de ”El Richoso” a ver la cueva, nos decía que los “carnizuelos” (carnezuelo) estaban vanos… que no habían engordado. Antes no se oían as palabras setas, hongos, gurumelos… todo era “carantoños”. Ahora si nos preguntaran en qué si diferencia las criadillas vaqueras de las jareras… tal vez nos pondrían en un gran compromiso; como si nos hablaran de que si tiene o no micelio los gurumelos. Lo que sí es verdad, que cuando salíamos al campo y te acuciaba la sed, no había problema, te acercaba al regato- nos habían enseñado eso de. “Agua corriente no mata gente… pará sí que la matará”. Ahora sí que hay cierta desconfianza con la aparición de los herbicidas y plásticos. Se nos había olvidado los espárragos trigueros, bueno… ¿y qué? ¿Pero dónde están también el bejiño, el hinojo, el cañagierro, lampazas y un sin fín de plantas silvestres? Con toda la información que está a nuestro alcance… pero nos falta procesarla. Por lo tanto no empecemos a dudar como el otro día en presencia de “VIRGO” y VALDIO”. Acordémonos también de aquello: “Agua que no has de beber… déjala correr”. SALUDOS.