“LA VIDA NO ES COMO ES… SINO COMO LA RECODAMOS” 81. V Parte.
¡Cuántas veces habremos mirado o pasado de cerca esta cantería! Y no hemos visto nada, y que las canterías en esta tierra pizarrosa siempre nos han dicho algo, no a nosotros… sino a nuestros antepasados. Lo que pasa que ellos le dieron tal vez poca importancia y nos transmitieron a nosotros poca o escasa curiosidad. El siempre: “a mí que c. me importa”, nos ha fastidiado bastante y la vejez comienza precisamente cuando se pierde la curiosidad y después, ¡tiene gracia!, resulta que nadie quiere ser viejo. También es verdad que “con estas osas no se come…”. Allá cada cual… Es verdad que es más importante hacer musculación que hacer memoria y más ahora que escaseamos de la transmisión oral, tan importante como siempre ha sido en la vecindad del pueblo. Ya pronto, sino se ha quitado ya de la memoria colectiva del pueblo, aquel niño que se fue a confesar con motivo de su Primera Comunión y Sr. Cura le preguntó: “ ¿Eres cristiano…?” y el muchachito ni corto ni perezoso le contestó: “No, soy fulanito de tal, lo que pasa que me he pelado y usted no me conoce”. Es verídico, lo oíamos en aquellas tertulias de bar donde se daba un repaso general a lo que había acontecido tiempo atrás. Nos estamos liando como siempre… y no contamos lo de la cantería. ¿Lo dejamos para otro día o seguimos…? Vamos a seguir, sino no hubiésemos empezado:
Pues como estamos viendo en la foto, parece que se trata de un glifo, mejor dicho: un hipogrifo, puesto que se trata de una criatura imaginaria híbrida con una cabeza de león y otra de toro. ¿Pero ésto está en el pueblo…? Bueno, en el pueblo, pueblo no… en su término; incluso pudiera ser quizá, que alguna vez nos hayamos recostado o recostada en ella y a su sombra. SALUDOS.
¡Cuántas veces habremos mirado o pasado de cerca esta cantería! Y no hemos visto nada, y que las canterías en esta tierra pizarrosa siempre nos han dicho algo, no a nosotros… sino a nuestros antepasados. Lo que pasa que ellos le dieron tal vez poca importancia y nos transmitieron a nosotros poca o escasa curiosidad. El siempre: “a mí que c. me importa”, nos ha fastidiado bastante y la vejez comienza precisamente cuando se pierde la curiosidad y después, ¡tiene gracia!, resulta que nadie quiere ser viejo. También es verdad que “con estas osas no se come…”. Allá cada cual… Es verdad que es más importante hacer musculación que hacer memoria y más ahora que escaseamos de la transmisión oral, tan importante como siempre ha sido en la vecindad del pueblo. Ya pronto, sino se ha quitado ya de la memoria colectiva del pueblo, aquel niño que se fue a confesar con motivo de su Primera Comunión y Sr. Cura le preguntó: “ ¿Eres cristiano…?” y el muchachito ni corto ni perezoso le contestó: “No, soy fulanito de tal, lo que pasa que me he pelado y usted no me conoce”. Es verídico, lo oíamos en aquellas tertulias de bar donde se daba un repaso general a lo que había acontecido tiempo atrás. Nos estamos liando como siempre… y no contamos lo de la cantería. ¿Lo dejamos para otro día o seguimos…? Vamos a seguir, sino no hubiésemos empezado:
Pues como estamos viendo en la foto, parece que se trata de un glifo, mejor dicho: un hipogrifo, puesto que se trata de una criatura imaginaria híbrida con una cabeza de león y otra de toro. ¿Pero ésto está en el pueblo…? Bueno, en el pueblo, pueblo no… en su término; incluso pudiera ser quizá, que alguna vez nos hayamos recostado o recostada en ella y a su sombra. SALUDOS.