¿Quieres ahorrar?

MEMBRIO: “LA VIDA NO ES COMO ES… SINO COMO LA RECORDAMOS” 89....

Hace unos años que no vamos al Camposanto por estas fechas así que iremos cuando se pueda.

“LA VIDA NO ES COMO ES… SINO COMO LA RECORDAMOS” 89. V Parte.

ADVERTIMOS QUE NO SIGAN LEYENDO, PORQUE NO ES AGRADABLE EL CONTENIDO Y PUDIERA HERIR SENSIBILIDADES.

Como nadie escribe pero sí que visualiza a tenor de las visitas. Vamos a poner en apuros hoy a nuestra maltrechas cabezas, como eran los entierros hace apenas 50 años, para los más puritas de este FORO, concretamente en 1962 después del Concilio Vaticano II, que se cambiaron muchas cosas dentro de la Iglesia Católica; como cambió desde ayer qué hacer con “las ceniza de los muertos”, dentro del Mundo Católico. Pero eso no es lo que queríamos esta tarde relatar, sino como era los entierros de antes.

Se doblaba y parecía que “el alma se te encogía”, eso era por lo menos lo que decían los viejos del lugar de Membrío; eran los primeros que se levantaban y se quitaban las gorras al pasar la cruz procesional, el Cristo crucificado, el mismo que se besa hoy en el Viernes Santo en la Adoración a la Cruz, “El flexemus genua” para que nos entendamos, con los monaguillos vestidos con sotana, roquete y en la mano hisopo y acetre, más adelante… otro con el incensario. Y el señor Cura con capa pluvial. De las dálmatas, apenas nos acordamos. Se llegaba a la casa del difunto, mujeres dentro, hombres fuera. A la primera “tremenda”, no se hacía esperar los llantos y suspiros. Había gente – y que nos perdonen por el giro gramatical- que lloraban muy bien y en casi todos los entierros se contaban con sus presencias. Era la reminiscencia de aquellas plañideras que antaño había. Los hombres eran los que trasladaban de vuelta a la iglesia y las mujeres, muchas se quedaban acompañando a algunos familiares del difunto. Por eso la despedida del difunto desde el umbral de la casa por las mujeres más cercanas familiarmente hablando, era tan dramático, sobrecogedor y nunca mejor dicho: tremenda, aterrador, espantoso, espeluznante…. Y más cuando se tenía pocos años de edad. CONTINUARÁ. Saludos