CRONICA SOCIAL-. OTRA MANERA DE MORIR.
En el día de difuntos hacemos “una parada a la vida” para recordar a nuestros muertos mitificando a los seres queridos unos más que otros como siempre viene sucediendo desde antaño, nos sumergimos envolviendo e ilustrando lapidas con fraseantes palabras llenas de romanticismo versificadas de mentiras y otras no tanto que nunca nos creímos pero limpiamos nuestra fachada dando paso al populismo hipócrita rentable al engaño de la duda con la compañía del silencio amordazado, ¿Quién se atreve a criticar?.
Es verdad que somos escépticos al “Halloweenismo” que avergüenza riéndose de la muerte como si alguien supiera que es morirse, simplemente porque no nos lo han contado, evocan al más allá el morirse de otra muerte dudando que sea las de ellos mismos que vuelven con sus fantasmales fechorías reídas por un sociedad de escasos valores que negocian con el diablo si el dinero rentabiliza la fría tarjeta plastificada de un banco sin sentimientos, del corazón, del corazón ni hablamos.
Algunos se preguntaran a que viene esto, hasta nos lo preguntamos nosotros mismos, puede que estemos tocado por la muerte de un amigo-compañero que una escalera le arranco la vida jubilada con veinte días de su nueva situación administrativa sin llegar a cobrar ni siquiera un triste mes contribuyendo y echando una mano a la sostenibilidad al PACTO DE TOLEDO del que ponen en peligro cuando aparece los más mínimo brotes de crisis, tocando la inestabilidad de los jubilados, con las veces que nos la habremos jugado, cuanto mejor con las botas puestas, ni una oportunidad a elegir otra manera de morir.
La concepción de la muerte se ha banalizado por un sistema que comercializa los cadáveres, coches fúnebres como meras furgonetas de reparto, nichos de apartamentos, crematorios de espacios permitidos de zona de fumadores con humos, declinante cultura de la muerte donde nadie quiere ser inmortal, nos conformaríamos con ser inmoribles, llegamos a la conclusión que la muerte no es nadie, solo se queda el muerto, y bien solo que se queda, es lo que hay….. tasio…
En el día de difuntos hacemos “una parada a la vida” para recordar a nuestros muertos mitificando a los seres queridos unos más que otros como siempre viene sucediendo desde antaño, nos sumergimos envolviendo e ilustrando lapidas con fraseantes palabras llenas de romanticismo versificadas de mentiras y otras no tanto que nunca nos creímos pero limpiamos nuestra fachada dando paso al populismo hipócrita rentable al engaño de la duda con la compañía del silencio amordazado, ¿Quién se atreve a criticar?.
Es verdad que somos escépticos al “Halloweenismo” que avergüenza riéndose de la muerte como si alguien supiera que es morirse, simplemente porque no nos lo han contado, evocan al más allá el morirse de otra muerte dudando que sea las de ellos mismos que vuelven con sus fantasmales fechorías reídas por un sociedad de escasos valores que negocian con el diablo si el dinero rentabiliza la fría tarjeta plastificada de un banco sin sentimientos, del corazón, del corazón ni hablamos.
Algunos se preguntaran a que viene esto, hasta nos lo preguntamos nosotros mismos, puede que estemos tocado por la muerte de un amigo-compañero que una escalera le arranco la vida jubilada con veinte días de su nueva situación administrativa sin llegar a cobrar ni siquiera un triste mes contribuyendo y echando una mano a la sostenibilidad al PACTO DE TOLEDO del que ponen en peligro cuando aparece los más mínimo brotes de crisis, tocando la inestabilidad de los jubilados, con las veces que nos la habremos jugado, cuanto mejor con las botas puestas, ni una oportunidad a elegir otra manera de morir.
La concepción de la muerte se ha banalizado por un sistema que comercializa los cadáveres, coches fúnebres como meras furgonetas de reparto, nichos de apartamentos, crematorios de espacios permitidos de zona de fumadores con humos, declinante cultura de la muerte donde nadie quiere ser inmortal, nos conformaríamos con ser inmoribles, llegamos a la conclusión que la muerte no es nadie, solo se queda el muerto, y bien solo que se queda, es lo que hay….. tasio…