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“VESTIGIOS DEL PASADO…” 18. VI PARTE.
(Risas). Es el camino en el trayecto final, que conducía al molino harinero del puente Salor en su margen derecha, que al ser propiedad de Alcántara, tampoco le hemos hecho mucho caso. Sólo para decir que voló la rueda volandera; y es que estaba ahí a “papo” ante cualquier clase de grúa; pero también es verdad que ahí ha estado más de 150 años y nunca se le hizo caso. La protesta ahora “al maestra armero”.
El camino se lo comenzamos desde la carretera en sus primeras curvas, nos encontraremos con lo que dicen que es un “santuario xantra”, al lado de un tramo empinado de piedras secas superpuestas. La colonia en un valle de pájaros “picanzos” con sus peculiaridades nidos, otro tramos de camino realizado con piedras perpendiculares para que no resbalasen las bestias cargadas con sacos de trigo, harinas o salvaos. Más adelante el camino se bifurca en un “pontón” e el ramal que conducía al molino de la Ceñita, sin más…. Aun podemos ponernos de bruce para echar un trago de esa fuente agua cristalina y fresquita, que obligaba a hacer un alto en el camino. En fin…. vestigios del pasado, nada más… cada día con menos relevancia como cabría de esperar. SALUDOS.
(Risas). Es el camino en el trayecto final, que conducía al molino harinero del puente Salor en su margen derecha, que al ser propiedad de Alcántara, tampoco le hemos hecho mucho caso. Sólo para decir que voló la rueda volandera; y es que estaba ahí a “papo” ante cualquier clase de grúa; pero también es verdad que ahí ha estado más de 150 años y nunca se le hizo caso. La protesta ahora “al maestra armero”.
El camino se lo comenzamos desde la carretera en sus primeras curvas, nos encontraremos con lo que dicen que es un “santuario xantra”, al lado de un tramo empinado de piedras secas superpuestas. La colonia en un valle de pájaros “picanzos” con sus peculiaridades nidos, otro tramos de camino realizado con piedras perpendiculares para que no resbalasen las bestias cargadas con sacos de trigo, harinas o salvaos. Más adelante el camino se bifurca en un “pontón” e el ramal que conducía al molino de la Ceñita, sin más…. Aun podemos ponernos de bruce para echar un trago de esa fuente agua cristalina y fresquita, que obligaba a hacer un alto en el camino. En fin…. vestigios del pasado, nada más… cada día con menos relevancia como cabría de esperar. SALUDOS.