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MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER-XVII....

RELATOS AL ATARDECER-XVII.
CARRACUCAS. Se ha suscitado muchas veces la pregunta de quién sería Carracuca, tan traído y llevado en diversas expresiones populares.
Hay que decir rotundamente que Carracuca no fue nadie, Carracuca no existió nunca, porque Carracuca es un nombre propio de invención popular, un personaje ficticio, al que se le atribuyen todas las tribulaciones habidas y por haber.
El sabio lenguaje popular entiende que la expresión de un concepto se refuerza mucho si en ella metemos una comparación. No es lo mismo decir que un hombre es feo que decir que es más feo que Picio. Cuando decimos que un hombre es feo expresamos un grado incierto de fealdad; pero, si decimos que es más feo que Picio, estamos dando a entender que su fealdad es suma, el no va más de la fealdad, un zurrapa, un macaco en grado superlativo.
Ejemplos: “Está más muerto que Carracuca”, “Tengo más hambre que Carracuca”, “Está más sólo que Carracuca”, “Es más viejo que Carracuca”, “Ese es más listo que Carracuca”, “Es más feo que Carracuca”, "Es más pobre que Carracuca"…
Y si Picio no existió como personaje real, tampoco existió Carracuca. Lo que pasa es que metemos ese Carracuca, por cierto un nombre eufónico, campanudo, para hacer comparaciones que refuercen nuestras expresiones. No es lo mismo estar perdido, a secas, que estar más perdido que Carracuca; no es lo mismo pasar hambre que pasar más hambre que Carracuca; y no es lo mismo pasar frío o pasar miedo, que pasar más frío o miedo que Carracuca.
Al pobre, al inventado Carracuca le atribuimos todas las situaciones comprometidas, desgraciadas, angustiosas.
Quizá por eso se puede suponer que ese nombre de Carracuca tenga su derivación, con sufijo despectivo, de carraca. No olvidemos que en diversas acepciones carraca significa persona, achacosa, impedida, o artefacto deteriorado y caduco. De ahí lo de estar como una carraca, como también estaría, lógicamente, Carracuca.