“VESTIGIOS DEL PASADO….” 31. VI PARTE:
Pues sí, seguimos con el belén familiar… hasta que los cuerpos aguantes. La verdad que no tiene ningún misterio, el Misterio se pone en el pueblo y que es musgo natural… En nuestra corta vida, hemos llegado a conocer al “belén de la iglesia” en primer lugar en el Altar Mayor en el lado del Evangelio, después pasó al lado de la Epístola, que con el tiempo eso de la Epístola se dejó en desuso… no el concepto. Hasta recorrer tres sitios más como la televisión en nuestro salón. Y es que sigue resultando muy difícil colocar cada cosa en su sitio. Pero hay cosas, que aunque se hayan ido al arca del olvido, las percibimos por esta fecha dando pequeños coletazos, que apenas ya son recordados como “vestigios del pasado…”. Ahora apenas se le exige a los que piden por las calles “el aguinaldo” en sus villancicos, tan sólo extienden las manos. El “Señora por Dios que venimos tres y entraremos dos…” ha pasado a mejor vida. Como el auto sacramental de los Reyes Magos”, que se hacía en “El Andén”, porque no había otro sitio, aunque el “Salón de Arriba” o en “El Cine”, lo albergó alguna vez que otra, que era de propiedad o arrendamiento particular.
La verdad que ya poco queda de aquél ronco despertar al son de la zambomba, el golpeteo de las tapas de cazuela, el rascar de la botella de anís “ El Mono”, más modernamente “Trepador”, el golpeteo sin cesar del almirez y repiquetear de alguna castañuela que otra. Y es que antes, el sólo cenar el gallo más pincho del corral era suficiente; ahora todo se complica… no sabemos qué cenar en Nochebuena., Nosotros con cierta ironía contestamos: ¡unas sopas rasa… y punto en paz! Paz es lo que necesitamos, y es que cada día todo se complica más; aunque cada vez sea más necesario el “Paz a los hombres de buena voluntad”, que todavía quedará por ahí algo. SALUDOS.
Pues sí, seguimos con el belén familiar… hasta que los cuerpos aguantes. La verdad que no tiene ningún misterio, el Misterio se pone en el pueblo y que es musgo natural… En nuestra corta vida, hemos llegado a conocer al “belén de la iglesia” en primer lugar en el Altar Mayor en el lado del Evangelio, después pasó al lado de la Epístola, que con el tiempo eso de la Epístola se dejó en desuso… no el concepto. Hasta recorrer tres sitios más como la televisión en nuestro salón. Y es que sigue resultando muy difícil colocar cada cosa en su sitio. Pero hay cosas, que aunque se hayan ido al arca del olvido, las percibimos por esta fecha dando pequeños coletazos, que apenas ya son recordados como “vestigios del pasado…”. Ahora apenas se le exige a los que piden por las calles “el aguinaldo” en sus villancicos, tan sólo extienden las manos. El “Señora por Dios que venimos tres y entraremos dos…” ha pasado a mejor vida. Como el auto sacramental de los Reyes Magos”, que se hacía en “El Andén”, porque no había otro sitio, aunque el “Salón de Arriba” o en “El Cine”, lo albergó alguna vez que otra, que era de propiedad o arrendamiento particular.
La verdad que ya poco queda de aquél ronco despertar al son de la zambomba, el golpeteo de las tapas de cazuela, el rascar de la botella de anís “ El Mono”, más modernamente “Trepador”, el golpeteo sin cesar del almirez y repiquetear de alguna castañuela que otra. Y es que antes, el sólo cenar el gallo más pincho del corral era suficiente; ahora todo se complica… no sabemos qué cenar en Nochebuena., Nosotros con cierta ironía contestamos: ¡unas sopas rasa… y punto en paz! Paz es lo que necesitamos, y es que cada día todo se complica más; aunque cada vez sea más necesario el “Paz a los hombres de buena voluntad”, que todavía quedará por ahí algo. SALUDOS.