RELATOS AL ATARDECER-XXXIII.
Puente de Alcántara. El puente de Alcántara es un puente romano en arco construido entre 104 y 106, que cruza el río Tajo en la localidad cacereña de Alcántara.
Consta de seis arcos de desigual altura, los cuales descansan en cinco pilares a su vez a distintas alturas sobre el terreno de roca allanada de pizarra. Existe un templete conmemorativo con un arco de triunfo superior en el centro del puente con una altura de 10 m, denominado de Trajano. El puente está hecho de sillares almohadillados de roca granítica de entre 45 y 55 cm. Además a los pies del puente hay un templete romano dedicado al constructor del mismo, llamado de Lácer y cristianizado en la Edad Media con el nombre de san Julián. Entonces se le añadió una espadaña y una cruz apoyada sobre cuatro calaveras de granito. En él está enterrado el ingeniero de esta obra, Cayo Julio Lacer.
Una inscripción en el centro del puente indica que fue construido en honor al emperador romano Trajano, nacido en Hispania. En su entrada meridional se deja constancia en otra inscripción de que su ingeniero fue Cayo Julio Lacer. El puente de Alcántara fue construido gracias a los impuestos de siete villas lusitanas y pretendía unir la calzada de Norba Caesarina (Cáceres, España) a Conimbriga (Condeixa-a-Velha, Portugal) como estación de la Vía de la Plata. El nombre proviene de época andalusí en la Edad Media.
Ha sido varias veces cortado en las guerras uno de los arcos y reconstruido luego, debido a su situación fronteriza. Por primera vez en 1213, fue parcialmente destruido por los musulmanes. En 1475, en las luchas de Castilla y Portugal, cuando pensaban derruirlo para evitar que Alfonso V lo cruzara, se salvó por la gallardía del rey portugués que mandó decir a su enemigo, el duque de Villahermosa, que él daría un rodeo, pues «no quería el reino de Castilla con aquel edificio menos».
Más tarde fue recompuesto por Carlos I en 1543 desfigurando el perfil del arco central y coronándolo de almenas y rehaciendo el primer arco de poniente que fue destruido en 1213 cuando sitió la villa Alfonso IX para arrebatársela a los árabes. Para dejar memoria de la restauración se labró el escudo imperial que corona el arco del triunfo y se escribió: Carlos V Emperador, Cesar Augusto y Rey de las Españas, mandó reparar este puente que deteriorado por las guerras y su antigüedad amenazaba ruina, el año del señor 1543, en el 24 de su imperio y 26 de su reinado.
En 1707 durante la Guerra de Sucesión se destruye el arco de entrada de poniente y la restauración fue mandada por Carlos III en 1778. El segundo arco del puente fue destruido en 1809 durante la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas y hasta 1818 no se sustituye este arco por una estructura de madera para el paso de carruajes, pero fue incendiado en 1836 por las tropas isabelinas para impedir el paso de los carlistas, que mandados por Miguel Gómez Damas, habían invadido la provincia.
Fue nuevamente reconstruido, en 1860, por Isabel II.
En septiembre de 1969, para construir el embalse de Alcántara, cuya presa se encuentra 600 metros aguas arriba del puente y cuya capacidad es de 3137 hectómetros cúbicos, se desvió el caudal del río a través de unos túneles y el lecho del río cauce abajo quedó completamente seco en varios kilómetros. Se observó entonces que una de las pilas estaba descalzándose, y se procedió a su reparación. El puente romano quedó por primera vez en su historia sin río.
El puente romano de Alcántara es una obra de ingeniería única en el mundo por sus dimensiones, estado de conservación y su uso continuado durante casi 2000 años. Sin embargo, desde la restauración realizada en tiempos de Isabel II, hace más de 150 años, no se ha realizado ninguna obra importante de conservación, salvo la ya mencionada de 1969, y existen algunas partes que necesitan urgente atención. Los romanos expresaron claramente su mentalidad en la realización de obras públicas; en el dintel del templo situado en la margen izquierda del puente, está grabada la frase PONTEM PERPETVI MANSVRVM IN SECVLA MVNDI: «este puente durará mientras dure el mundo».
Fue declarado Monumento Nacional el 13 de agosto de 1924, y se conmemoró el 90 aniversario de este nombramiento con una cadena humana.
Puente de Alcántara. El puente de Alcántara es un puente romano en arco construido entre 104 y 106, que cruza el río Tajo en la localidad cacereña de Alcántara.
Consta de seis arcos de desigual altura, los cuales descansan en cinco pilares a su vez a distintas alturas sobre el terreno de roca allanada de pizarra. Existe un templete conmemorativo con un arco de triunfo superior en el centro del puente con una altura de 10 m, denominado de Trajano. El puente está hecho de sillares almohadillados de roca granítica de entre 45 y 55 cm. Además a los pies del puente hay un templete romano dedicado al constructor del mismo, llamado de Lácer y cristianizado en la Edad Media con el nombre de san Julián. Entonces se le añadió una espadaña y una cruz apoyada sobre cuatro calaveras de granito. En él está enterrado el ingeniero de esta obra, Cayo Julio Lacer.
Una inscripción en el centro del puente indica que fue construido en honor al emperador romano Trajano, nacido en Hispania. En su entrada meridional se deja constancia en otra inscripción de que su ingeniero fue Cayo Julio Lacer. El puente de Alcántara fue construido gracias a los impuestos de siete villas lusitanas y pretendía unir la calzada de Norba Caesarina (Cáceres, España) a Conimbriga (Condeixa-a-Velha, Portugal) como estación de la Vía de la Plata. El nombre proviene de época andalusí en la Edad Media.
Ha sido varias veces cortado en las guerras uno de los arcos y reconstruido luego, debido a su situación fronteriza. Por primera vez en 1213, fue parcialmente destruido por los musulmanes. En 1475, en las luchas de Castilla y Portugal, cuando pensaban derruirlo para evitar que Alfonso V lo cruzara, se salvó por la gallardía del rey portugués que mandó decir a su enemigo, el duque de Villahermosa, que él daría un rodeo, pues «no quería el reino de Castilla con aquel edificio menos».
Más tarde fue recompuesto por Carlos I en 1543 desfigurando el perfil del arco central y coronándolo de almenas y rehaciendo el primer arco de poniente que fue destruido en 1213 cuando sitió la villa Alfonso IX para arrebatársela a los árabes. Para dejar memoria de la restauración se labró el escudo imperial que corona el arco del triunfo y se escribió: Carlos V Emperador, Cesar Augusto y Rey de las Españas, mandó reparar este puente que deteriorado por las guerras y su antigüedad amenazaba ruina, el año del señor 1543, en el 24 de su imperio y 26 de su reinado.
En 1707 durante la Guerra de Sucesión se destruye el arco de entrada de poniente y la restauración fue mandada por Carlos III en 1778. El segundo arco del puente fue destruido en 1809 durante la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas y hasta 1818 no se sustituye este arco por una estructura de madera para el paso de carruajes, pero fue incendiado en 1836 por las tropas isabelinas para impedir el paso de los carlistas, que mandados por Miguel Gómez Damas, habían invadido la provincia.
Fue nuevamente reconstruido, en 1860, por Isabel II.
En septiembre de 1969, para construir el embalse de Alcántara, cuya presa se encuentra 600 metros aguas arriba del puente y cuya capacidad es de 3137 hectómetros cúbicos, se desvió el caudal del río a través de unos túneles y el lecho del río cauce abajo quedó completamente seco en varios kilómetros. Se observó entonces que una de las pilas estaba descalzándose, y se procedió a su reparación. El puente romano quedó por primera vez en su historia sin río.
El puente romano de Alcántara es una obra de ingeniería única en el mundo por sus dimensiones, estado de conservación y su uso continuado durante casi 2000 años. Sin embargo, desde la restauración realizada en tiempos de Isabel II, hace más de 150 años, no se ha realizado ninguna obra importante de conservación, salvo la ya mencionada de 1969, y existen algunas partes que necesitan urgente atención. Los romanos expresaron claramente su mentalidad en la realización de obras públicas; en el dintel del templo situado en la margen izquierda del puente, está grabada la frase PONTEM PERPETVI MANSVRVM IN SECVLA MVNDI: «este puente durará mientras dure el mundo».
Fue declarado Monumento Nacional el 13 de agosto de 1924, y se conmemoró el 90 aniversario de este nombramiento con una cadena humana.