VALDIO, haz dado en el clavo, pocas veces nos sucede lo que nos sucedió con esta zorra, estaba tan ensimismada en la posible
comida de algún zagañote,
insecto, o bichos, que se nos acerco a unos dos metros, nuestra tranquilidad nos la daba una alambra que nos separaba, tuvimos que hacer ruido para avisarle de nuestra presencia, el hambre les pierde, también es cierto que la tarde fue de calor y el aire inexistente y lo teníamos a favor, que no les llegaba nuestro olor, ya que el olfato es su mejor
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