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Petaca -EL ABUELO ESTÁ SENTADO.
El abuelo está sentado.
en un rincón de la casa,
triste humilde y cabizbajo
sobre el lecho de una manta,
donde se siente olvidado
donde el cariño le falta,
pasando el hijo a su lado
sin pronunciar ni palabra.
El abuelo mira al cielo
y después la vista baja,
su nieto, su mejor consuelo
que alguna vez le acompaña,
con el comparte algún juego
y sonrisas regaladas,
que hacen feliz al abuelo
mientras que la vida pasa.
En el rincón tiene un cuenco
y un viejo plato de porcelana,
donde lo mismo que aun perro
la comida se la echaban,
y un botijo de barro viejo
donde no le falta el agua,
su petaca y su mechero
y un cojín como almohada.
La abuela se fue hace tiempo
su hijo lo llevo a casa,
no se siente muy contento
y las horas se hacen largas,
metido en sus pensamientos
hablando pocas palabras,
donde no le quedan sueños
porque la suerte está echada,
Una mañana temprano
dijo adiós de madrugada,
el abuelo subió al Cielo
donde la abuela esperaba,
se queda triste su nieto
se queda libre la estancia,
el niño recoge el cuenco
el mechero y la petaca,
Con el plato y el botijo
y también la vieja manta,
con esmero y con cariño
en otro rincón guardaba,
y el padre diciendo al niño
¡tiralo ya no hace falta!
pero el niño entristecido
miro a su padre a la cara,
.- lo he guardado para ti
para cuando te haga falta.
AUTOR: Ceferino Carpintero Prieto.
Petaca -EL ABUELO ESTÁ SENTADO.
El abuelo está sentado.
en un rincón de la casa,
triste humilde y cabizbajo
sobre el lecho de una manta,
donde se siente olvidado
donde el cariño le falta,
pasando el hijo a su lado
sin pronunciar ni palabra.
El abuelo mira al cielo
y después la vista baja,
su nieto, su mejor consuelo
que alguna vez le acompaña,
con el comparte algún juego
y sonrisas regaladas,
que hacen feliz al abuelo
mientras que la vida pasa.
En el rincón tiene un cuenco
y un viejo plato de porcelana,
donde lo mismo que aun perro
la comida se la echaban,
y un botijo de barro viejo
donde no le falta el agua,
su petaca y su mechero
y un cojín como almohada.
La abuela se fue hace tiempo
su hijo lo llevo a casa,
no se siente muy contento
y las horas se hacen largas,
metido en sus pensamientos
hablando pocas palabras,
donde no le quedan sueños
porque la suerte está echada,
Una mañana temprano
dijo adiós de madrugada,
el abuelo subió al Cielo
donde la abuela esperaba,
se queda triste su nieto
se queda libre la estancia,
el niño recoge el cuenco
el mechero y la petaca,
Con el plato y el botijo
y también la vieja manta,
con esmero y con cariño
en otro rincón guardaba,
y el padre diciendo al niño
¡tiralo ya no hace falta!
pero el niño entristecido
miro a su padre a la cara,
.- lo he guardado para ti
para cuando te haga falta.
AUTOR: Ceferino Carpintero Prieto.