“CONVERSANDO CONTIGO…” 34. VII PARTE.
No es que seamos desconfiados, porque tenemos un mal concepto de ellos; ya que como decía Manuel Machado: “la sospecha es el indicio de un alma baja; el que desconfía de todos es digno de que nadie se fie de él”.
Estas
piedras tan bien puestas, tan bien colocadas – puesto que a pesar de los tiempos los montones no se derrumban- fueron amontonadas por los labradores de este
pueblo que en un tiempo hubo y que se salvaron de la “quema”.
- ¿De qué “quema”…?
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