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MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER-XLVI....

RELATOS AL ATARDECER-XLVI.
EL HOMBRE Y LA VIDA EN SOCIEDAD. Los seres humanos son criaturas sociales y no animales aislados. El hombre difícilmente puede sobrevivir completamente aislado. A diferencia de las restantes especies animales, el hombre no posee las pautas, tendencias e instintos naturales heredadas que le permitan sobrevivir en un medio hostil como es la naturaleza. Su comportamiento es resultado, en gran medida, del aprendizaje y la experiencia, incluido el lenguaje, característica peculiar y básica del ser humano.
Pertenecer y ser aceptado por un grupo es, según Maslow y otros autores, una necesidad humana fundamental. La mayoría de los seres humanos muestran un claro deseo de pertenecer y ser parte de algo más grande que ellos mismos.
El hombre vive en sociedad, desde el grupo tribal formado por un reducido número de individuos, hasta las modernas y complejas sociedades de masas. Pero, además de vivir en sociedad, el hombre presenta otra característica complementaria o derivada de este hecho, en su conducta observa pautas regulares más o menos estandarizadas de comportamiento. No existe una variedad infinita de actitudes, lo cual no significa que los hombres actúen de forma completamente idéntica, pero sí que en su conducta existen una serie de elementos comunes que conforman unas pautas de comportamiento recurrentes y generalizables. Sin la existencia de estas pautas o normas, no existiría la sociología, pues sería imposible la generalización.
Desde que el hombre buscó la ayuda de los hombres, ya sea para cazar, defenderse o reproducirse, surge el ser social. De hecho, desde su época primitiva, por su tendencia natural para la sobrevivencia de la especie, el hombre vivió en pequeñas agrupaciones; se trataba de tribus nómadas, y sólo hace diez mil años, cuando se descubrió la agricultura, el hombre se torna sedentario y se empiezan a formar los primeros pueblos que no son más que agrupaciones de seres humanos, que mediante la mutua cooperación pasan de mejor manera su existencia.
A partir de su nacimiento, el hombre muestra características biológicas que le imponen la necesidad de vivir en sociedad, pues nace tan desvalido físicamente, que su sobrevivencia es casi imposible sin sus padres. Después se desarrolla, aprende, y poco a poco nota que puede valerse por sí mismo. El hombre se diferencia de otros animales sociales en que produce algo para la sociedad; ese algo es la capacidad de crear, de trabajar para el bien común; es el de producir instrumentos de trabajo que faciliten la labor y obtener más fácilmente sus satisfacciones.
Cuando el hombre pasa de ser un animal solitario y salvaje a ser un animal social, suceden varias cosas que marcan el surgimiento de la sociedad. Las primeras sociedades se construyeron bajo los siguientes principios: Respeto y protección mutua. Medio de comunicación en común. Cultura similar con todos sus símbolos, tradiciones, costumbres, etc, y límite geográfico de dominio. El hombre, por su inteligencia y por su capacidad de razonar, se distingue de los demás animales. La vida de éstos en general conserva las mismas costumbres de sus antepasados, en tanto que el hombre las altera, cambia, descubre, progresa... y de ahí que su herencia social y cultural lo transforma en el tiempo y en el espacio. La tecnología se puede considerar como la suma de las técnicas que poseen los miembros de una sociedad.
El ser humano ocupa un lugar central en el mundo viviente y presenta capacidades distintas y exclusivas que conforman lo que llamamos "dignidad humana".