MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER-LIV. ...

RELATOS AL ATARDECER-LIV.
LA BONDAD HUMANA. Ser bondadosos perfecciona el espíritu de una persona, porque sabe dar y darse sin miedos a verse defraudado, dando apoyo y entusiasmo a todos los que lo rodean. Muchas veces el concepto de bondad se confunde con el de debilidad. Sin embargo, bondad es exactamente lo contrario, es la fortaleza que tiene quien sabe controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques, para convertirlos en mansedumbre.
La bondad es una virtud propia de los seres humanos, se caracteriza por la compasión que sienten, en un momento dado, las personas por sus semejantes y también por los animales, actuando siempre en beneficio de ellos sin ningún tipo de interés personal, simplemente el hecho de hacer sentir al prójimo, seguro, feliz, y querido. La persona que practica la bondad se le llama “bondadoso”, el ser bondadoso significa ser benevolente con los que se encuentren a su alrededor, siempre procurando el beneficio del prójimo a través de acciones humanitarias, aliviando el dolor humano, y atendiendo sus necesidades más fundamentales.
Supone una inclinación a hacer el bien, con una comprensión profunda de la personas y sus necesidades, siempre paciente y con ánimo equilibrado. Este valor desarrolla en cada persona la disposición para agradar y complacer, en su justa medida, a todas las personas en todo momento.
Ahora podemos preguntarnos, ¿En qué momentos nos alejamos de una actitud bondadosa?. Esto se aprecia en aquellas actitudes agresivas, cuando adoptamos malos modales o formas de hablar un tanto soberbias utilizando palabras altisonantes, con la razón de nuestra parte o sin ella.
También cuando adoptamos una actitud indiferente ante las preocupaciones o inquietudes que tienen los demás, juzgándolas de poca importancia. La bondad no busca las causas sino que comprende las circunstancias que han puesto a esa persona en la situación actual, sin esperar explicaciones ni justificación, procurando encontrar los medios para que no ocurra nuevamente.
Debemos entender que la bondad no tiene medida, es desinteresada, por lo que jamás espera retribución. Nuestro actuar debe ir acompañado de un verdadero deseo de servir, evitando hacer las cosas para quedar bien, para que se hable bien de nosotros.
El valor de la bondad resulta más que un simple ofrecimiento de cosas materiales a aquellas personas que se encuentran viviendo en condiciones precarias.
Para fomentar este valor en nuestra vida podemos considerar que debemos: Corresponder a la confianza y buena fe que se deposita en nosotros. Tratar a los demás como quisiéramos que nos trataran. Evitar ser pesimistas, ver lo bueno y positivo de las personas y circunstancias. Servir desinteresadamente.
Procurar dar ayuda a los menesterosos. Visitar a nuestros amigos, especialmente a los que están enfermos, los que sufren un fracaso económico o aquellos que se ven afectados en sus relaciones familiares.
Demostrar que vas por la vida en son de paz es la mejor forma de plantarte ante los demás desde un costado solidario y apacible.
Este hermoso valor ha sido expuesto en diferentes escritos de especialidades como la filosofía, la ética, y la religión; en donde la bondad aparece como la particularidad más verdadera y natural que puede sentir el ser humano, y la cual puede verse engrandecida, dependiendo del ambiente o lugar en donde la persona reside.