“CONVERSANDO CONTIGO…” 102. VII PARTE.
Es verdad “VIRGO” que -por unas cosas u otras – solamente nos queda escribir del pasado no muy halagüeño como dices tú “sin penas ni glorias”: quién lo diría hoy como dice el maestro Alcántara (esto será una enfermedad, solo se mira uno en los sabios maestros): “La indumentaria siempre ha sido una cuestión de jerarquía, pero ahora hay muchos jóvenes, más menos adinerados pero todos alejados de la miseria, que se disfrazan de mendigos amateurs…”., que estaban nuestros pantalones parcheados entre “culeras y “rodilleras”, porque a nuestras madres y abuelas vergüenza le daban, que su hijo o nieta fuera por ahí como un pedigüeño. Gracias a Dios le debemos dar, que no nos hayan copiado lo de “saliendo el dedo gordo del pié del calzado” (Risas). Entonces sí que era crisis… no la de ahora aunque se tenga más bien un porvenir más bien feo. Lo que sí no me podrás negar, que en iguales circunstancias entre padres e hijos, nietos e hijos: nosotros resistiríamos mejor, por una sencilla razón: nosotros tenemos “habilidades” aprendidas que aunque dormidas, despertarían en el momento más preciso. Es decir: ¿qué se nos ocurría e tal o cual situación comprometida? El que te picara por ejemplo una avispa o una abeja… ¡Si hombre…! Ahí vas a tener el corticoides y el antihistamínico; habrá que pensar que es lo que harían en la misma situación nuestros propios abuelos. Y es que había que desterrar lo de la tercera edad y suplirlo por la edad de la sapiencia o sabiduría. Por lo tanto, escribir del pasado nos enseña… aunque no haya sido tan bueno; dejémoslo en lo neutro: “ni penas ni glorias”. SALUDOS.
Es verdad “VIRGO” que -por unas cosas u otras – solamente nos queda escribir del pasado no muy halagüeño como dices tú “sin penas ni glorias”: quién lo diría hoy como dice el maestro Alcántara (esto será una enfermedad, solo se mira uno en los sabios maestros): “La indumentaria siempre ha sido una cuestión de jerarquía, pero ahora hay muchos jóvenes, más menos adinerados pero todos alejados de la miseria, que se disfrazan de mendigos amateurs…”., que estaban nuestros pantalones parcheados entre “culeras y “rodilleras”, porque a nuestras madres y abuelas vergüenza le daban, que su hijo o nieta fuera por ahí como un pedigüeño. Gracias a Dios le debemos dar, que no nos hayan copiado lo de “saliendo el dedo gordo del pié del calzado” (Risas). Entonces sí que era crisis… no la de ahora aunque se tenga más bien un porvenir más bien feo. Lo que sí no me podrás negar, que en iguales circunstancias entre padres e hijos, nietos e hijos: nosotros resistiríamos mejor, por una sencilla razón: nosotros tenemos “habilidades” aprendidas que aunque dormidas, despertarían en el momento más preciso. Es decir: ¿qué se nos ocurría e tal o cual situación comprometida? El que te picara por ejemplo una avispa o una abeja… ¡Si hombre…! Ahí vas a tener el corticoides y el antihistamínico; habrá que pensar que es lo que harían en la misma situación nuestros propios abuelos. Y es que había que desterrar lo de la tercera edad y suplirlo por la edad de la sapiencia o sabiduría. Por lo tanto, escribir del pasado nos enseña… aunque no haya sido tan bueno; dejémoslo en lo neutro: “ni penas ni glorias”. SALUDOS.