Se empeña esta O. que lleguemos a los 10.000 y lo vamos a conseguir… aunque haya algunos que no se lo acaben de creer… ayer sin ir más lejos y como se puede comprobar llegamos a las 9.606 VISITAS... Encima nos ponen delante la presente foto, al “tío Frasco Vivas”. En realidad se llamaba Francisco Vivas Rebollo, nació en 1904 y ahora tendría 114 años. La foto en realidad es de “Retama”, pero no se veía bien… y ya que nos la ponen, le hacemos un pequeño retoque.
Cuando uno quería ver chipas y lo dúctil que era el regido hierro, había que visitar las fraguas, que aunque funcionaron 5 a la vez, la más visitada era la del tío Frasco Vivas, que en la misma Plaza Pública estuviera. Allí se reunían los labradores y sobre todos los jornaleros en los días de lluvias y sí que parecía una plaza pública griega o ágora; allí se hablaba de todo; se asomaba a la calle Nueva desde donde se veía un poquito a la sierra… otros miraban al “Carnero” y parecen que no se ponían de acuerdo si seguía lloviendo o descampaba. La preocupación era masiva: no se cobraba sino se trabajaba, no se “estaba por año”. Los muchachos seguían… seguíamos más atentos que no estaban poniendo “el pico a la peona”, que tan magistralmente nos la había hecho el tío Juan “Vela” e hijos en su carpintería del Cerro. Algunos aprovechaban a “dar fuelle” a la fragua… otros, con un bote, recogían “moreno” porque le había mandado el manigero en la pela de las ovejas. Y otros… en partida habían ido a recorrer huertos labrados para recoger “hierros viejos” y venderlos al trapero que con frecuencia se instalaba en la Plaza o lo cambiabas por algarrobas.
Hablando de “hierro”. Muy después… pero muchísimo después, nos fuimos interesando por los “castillejos” de Baños y Natera en nuestro mismo pueblos, que datan precisamente de la Edad de Hierro, que el que lo ve por primera vez no se puede aguantar en no decir: “ ¡Y esto es…! Un montón de piedras. ¿Y qué era una fragua…? Un montón de hierros. SALUDOS.
Cuando uno quería ver chipas y lo dúctil que era el regido hierro, había que visitar las fraguas, que aunque funcionaron 5 a la vez, la más visitada era la del tío Frasco Vivas, que en la misma Plaza Pública estuviera. Allí se reunían los labradores y sobre todos los jornaleros en los días de lluvias y sí que parecía una plaza pública griega o ágora; allí se hablaba de todo; se asomaba a la calle Nueva desde donde se veía un poquito a la sierra… otros miraban al “Carnero” y parecen que no se ponían de acuerdo si seguía lloviendo o descampaba. La preocupación era masiva: no se cobraba sino se trabajaba, no se “estaba por año”. Los muchachos seguían… seguíamos más atentos que no estaban poniendo “el pico a la peona”, que tan magistralmente nos la había hecho el tío Juan “Vela” e hijos en su carpintería del Cerro. Algunos aprovechaban a “dar fuelle” a la fragua… otros, con un bote, recogían “moreno” porque le había mandado el manigero en la pela de las ovejas. Y otros… en partida habían ido a recorrer huertos labrados para recoger “hierros viejos” y venderlos al trapero que con frecuencia se instalaba en la Plaza o lo cambiabas por algarrobas.
Hablando de “hierro”. Muy después… pero muchísimo después, nos fuimos interesando por los “castillejos” de Baños y Natera en nuestro mismo pueblos, que datan precisamente de la Edad de Hierro, que el que lo ve por primera vez no se puede aguantar en no decir: “ ¡Y esto es…! Un montón de piedras. ¿Y qué era una fragua…? Un montón de hierros. SALUDOS.