“Dios lo quiere así”. Son las palabras que dan paso a la procesión del “Cristo Negro”. Pues Dios habrá querido también que haya pasado 66 años, para que asistamos por segunda vez a una de un “misacantano”. La primera ocurrió en este pueblo…Aún resuena aquellas palabras que la volvemos a recordar, porque la vida es, queramos o no recuerdos y que decía así: “Por sus palabras creadoras Dios está allí. Cristianos de MEMBRÍO, vuestro nuevo sacerdote os pone en la divina vecindad de la Hostia de Dios, que habita en los Alcázares de la Gloria. Este es el día grande de vuestro Pueblo”.
Pues ocurrió un día más o menos como ahora, jueves 20 de julio de 1951. La iglesia parroquial de Membrío se convirtió por momentos en “catedral” con la connotación que participó todo el pueblo… y a todo el pueblo se agasajó como se hacía por entonces, con dulces: empanadas, emborracas, rosquillas “bañás”, etc. Lo curioso es que esa misma tarde, se acercaron los seglares en excursión al “Palacio de Zamores”, que aún no estaba decapitado… y a los demás o laicos nos quedaron en el pueblo (Risas). No importó mucho, porque 9 años después tuvimos la oportunidad de ver por primera vez su hermoso “Salón de Cazadores”, oir el piano que estaba entre ese salón y la sacristía, esperando ayudar a misa… aún estaba de casero el tio Leoncio y después su hija Tere, que un 15 de Agostó nos “arreó” con 25 pesetas de papel donde estaba el augusto rey Felipe II, cuyo nombre algún día encontraran las generaciones venideras en los cimientos del Ayuntamiento, puesto que su nombre aparecía en el dintel de la casa panera, después escuelas… Ya no nos “enrollamos” más porque nos tenemos que ir a Montehermoso como dijimos a escuchar otro misacantano. La Providencia no a estado a favor que ocurriera otra vez en este pueblo. Y es que los caminos de Dios son infinitos e inexpugnables. SALUDOS.
Pues ocurrió un día más o menos como ahora, jueves 20 de julio de 1951. La iglesia parroquial de Membrío se convirtió por momentos en “catedral” con la connotación que participó todo el pueblo… y a todo el pueblo se agasajó como se hacía por entonces, con dulces: empanadas, emborracas, rosquillas “bañás”, etc. Lo curioso es que esa misma tarde, se acercaron los seglares en excursión al “Palacio de Zamores”, que aún no estaba decapitado… y a los demás o laicos nos quedaron en el pueblo (Risas). No importó mucho, porque 9 años después tuvimos la oportunidad de ver por primera vez su hermoso “Salón de Cazadores”, oir el piano que estaba entre ese salón y la sacristía, esperando ayudar a misa… aún estaba de casero el tio Leoncio y después su hija Tere, que un 15 de Agostó nos “arreó” con 25 pesetas de papel donde estaba el augusto rey Felipe II, cuyo nombre algún día encontraran las generaciones venideras en los cimientos del Ayuntamiento, puesto que su nombre aparecía en el dintel de la casa panera, después escuelas… Ya no nos “enrollamos” más porque nos tenemos que ir a Montehermoso como dijimos a escuchar otro misacantano. La Providencia no a estado a favor que ocurriera otra vez en este pueblo. Y es que los caminos de Dios son infinitos e inexpugnables. SALUDOS.