Ya no habrá montones de
piedra en nuestros
campos, porque no se habitará en chozos ni majadas, ni habrá
casa del labrador. Ni restos de hornadas donde se cocinaba el puchero del labrador, segador y trilladoras. Nadie preguntará: y estas
piedras porque estarán aquí y también colocadas. Pero la vida seguirá, y poco o nada ya importará SALUDOS.