MEMBRIO: Ahora ya no hay campaneros con la electrificación de...

RELATOS AL ATARDECER-CXII.
EL CAMPANERO. En un pueblo de Brasil, vivía un hombre humilde y sin ninguna formación que trabajaba en la iglesia tocando las campanas. Pero llegó una orden del obispado, que decidió que todos los empleados de las parroquias tenían que haber realizado estudios primarios.
Para el campanero, algo mayor para ponerse a estudiar, aquello significó quedarse en paro. Sin nada que hacer, fue a la plaza a fumarse un cigarrillo. Pero no tenía tabaco de liar y le pidió a unos amigos si le podían dar un poco de tabaco para hacerse un cigarrillo. No tenemos tabaco, le dijeron: "Tú tienes tiempo libre, si vas a comprar a la ciudad de al lado, te daremos una comisión".
El excampanero empezó a hacer esta tarea regularmente. Y como vio que faltaban otras cosas en el pueblo, decidió montar una tienda. El negocio prosperó y un día necesitó abrir una cuenta bancaria. Cuando fue a firmar los papeles, el hombre confesó: "No sé escribir". El gerente se quedó asombrado, ¿Has logrado todo este dinero siendo analfabeto?.
Lo he conseguido con esfuerzo, dedicación y honradez, respondió el próspero tendero. Imagínese donde estarías si hubieses estudiado, continuó el banquero. El viejo sonrió, pensando que lo que para muchos habría sido una derrota, para él fue una bendición. Me lo imagino muy bien. Todavía estaría dando las campanadas en la iglesia.

Ahora ya no hay campaneros con la electrificación de campanas. Antes tenían lenguaje; por ejemplo: cualquier parroquiano sabía por el "doble" de campanas si el difunto era mujer, hombre o párvulo. Ahora sí lo preguntáramos estaríamos dispuestos a que nos digan.... y yo que c. sé! El mejor campanero de los últimos tiempos, sin duda alguna, fue Severisno Alfonso Espárrago, seguido de su sobrino Camilo Alfonso Domínguez, con ellos las campanas "hablaban". Tuvimos la suerte de escuchar sus "conciertos". Y sus secretos estaba en sus desconcertantes "pulsos". SALUDOS.