CRONICA SOCIAL-. EL SOLTERO Y LA MUSICA.
En la actualidad los solteros lo tienen más difícil de cambiar su estado que en los años 70 y 80, parte de ello la culpa la tiene la música con su letra, la de ahora poco o nada aporta al romanticismo de aquellos años que existían las pistas de bailes y las discotecas para bailar en pareja.
Aquellas generaciones tuvimos la suerte y la gozadera de sentir esas letras de canciones de Roberto Carlos, Camilo Sexto y tantos otros, que las hacíamos nuestras transmitiendo un sentir de latido de la persona especial, realmente nos comunicábamos sin hablar, solo te dejabas llevar, aquello era bonito y sin maldad, en esos tiempos fluía el romance sanamente, un gesto una mirada lo decía todo.
Las generaciones de hoy son muy diferentes y raras, posiblemente pensemos de esa manera por la edad que no nos deja ver más allá o entenderlos, pero como lo vamos a entender si no bailan, se mueven en círculos de grupos de mujeres por un lao y hombres por otro, lo vemos inconcedible de un absurdo total, que decir del sucedáneo sustituto del “guateque” por un “botellón” de pequeños grupos rodeando unas bolsas de hielo algunas botellas con vasos en manos moviendo el culo y con la mirada perdida con la máxima expresión del postureo narcisista de un selfie de contenido engañoso, y que conste que de nada queremos sacralizar a nuestros hijos, pero no hay punto de comparación, en el guateque cada uno llevaba algún plato de comida o bebida, el flirteo era muy humano, preguntábamos ¿la tortilla de patatas la hecho tu madre o tú?, te respondían “la he hecho yo”, (nosotros) que buena esta, (ella) de verdad que te gusta, (nosotros) buenísima, (ella), pues no crea que me ha salió muy bien, me han faltado huevos, (nosotros) pues estaba riquísima, y así teníamos conversación pa un rato, haciendo un mea culpa, que parco de palabras éramos, solo aprendimos a bailar y poco de hablar.
Quien antes de entrar al baile no se tomaba un par de cubalibre, licor 43, etc., para entrar en calor y llenarse de valor, empezábamos a escanear todo el salón y mirabas a encontrar a la chica especial, pasando a modo espera si ella te correspondía con una mirada y esperar la canción ideal para sacarla a bailar, que mal trago el de la confusión y le pisaras el pie por perder la cuenta “del dos con la izquierda y uno con la derecha”, “Jo, me he confundió, si no te decía nada sabias que la próxima la ibas a bailar con tu madre, insinuando que “la lista” (ella) la tenía completa, el que quedaba incompleto ya podéis imaginaros, pasara el tiempo pero las canciones de la época permanecen vivas, el baile es un estado de emociones y sensaciones que el tiempo es incapaz de borrar, encendemos una candileja para ver en la oscuridad, “tu llegaste a mi cuando me voy”…….., es lo que hay…….. tasio…….
En la actualidad los solteros lo tienen más difícil de cambiar su estado que en los años 70 y 80, parte de ello la culpa la tiene la música con su letra, la de ahora poco o nada aporta al romanticismo de aquellos años que existían las pistas de bailes y las discotecas para bailar en pareja.
Aquellas generaciones tuvimos la suerte y la gozadera de sentir esas letras de canciones de Roberto Carlos, Camilo Sexto y tantos otros, que las hacíamos nuestras transmitiendo un sentir de latido de la persona especial, realmente nos comunicábamos sin hablar, solo te dejabas llevar, aquello era bonito y sin maldad, en esos tiempos fluía el romance sanamente, un gesto una mirada lo decía todo.
Las generaciones de hoy son muy diferentes y raras, posiblemente pensemos de esa manera por la edad que no nos deja ver más allá o entenderlos, pero como lo vamos a entender si no bailan, se mueven en círculos de grupos de mujeres por un lao y hombres por otro, lo vemos inconcedible de un absurdo total, que decir del sucedáneo sustituto del “guateque” por un “botellón” de pequeños grupos rodeando unas bolsas de hielo algunas botellas con vasos en manos moviendo el culo y con la mirada perdida con la máxima expresión del postureo narcisista de un selfie de contenido engañoso, y que conste que de nada queremos sacralizar a nuestros hijos, pero no hay punto de comparación, en el guateque cada uno llevaba algún plato de comida o bebida, el flirteo era muy humano, preguntábamos ¿la tortilla de patatas la hecho tu madre o tú?, te respondían “la he hecho yo”, (nosotros) que buena esta, (ella) de verdad que te gusta, (nosotros) buenísima, (ella), pues no crea que me ha salió muy bien, me han faltado huevos, (nosotros) pues estaba riquísima, y así teníamos conversación pa un rato, haciendo un mea culpa, que parco de palabras éramos, solo aprendimos a bailar y poco de hablar.
Quien antes de entrar al baile no se tomaba un par de cubalibre, licor 43, etc., para entrar en calor y llenarse de valor, empezábamos a escanear todo el salón y mirabas a encontrar a la chica especial, pasando a modo espera si ella te correspondía con una mirada y esperar la canción ideal para sacarla a bailar, que mal trago el de la confusión y le pisaras el pie por perder la cuenta “del dos con la izquierda y uno con la derecha”, “Jo, me he confundió, si no te decía nada sabias que la próxima la ibas a bailar con tu madre, insinuando que “la lista” (ella) la tenía completa, el que quedaba incompleto ya podéis imaginaros, pasara el tiempo pero las canciones de la época permanecen vivas, el baile es un estado de emociones y sensaciones que el tiempo es incapaz de borrar, encendemos una candileja para ver en la oscuridad, “tu llegaste a mi cuando me voy”…….., es lo que hay…….. tasio…….