MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER-CLXIV....

RELATOS AL ATARDECER-CLXIV.
TODO ES DIFÍCIL ANTES DE SER FÁCIL. Todos alguna vez hemos querido incorporar algo nuevo a nuestras vidas, pero nos hemos dicho la frase “esto es muy difícil” tantas veces que hemos terminado apartando lo nuevo, para continuar con lo “viejo”. En vez de seguir intentándolo, tiramos la toalla con una facilidad apabullante. No nos damos cuenta de que todo es muy difícil antes de ser muy fácil.
Incorporar nuevos hábitos a nuestra vida es muy positivo. Aprender algo nuevo, también. No obstante, a pesar de ser conscientes de esto, nos cuesta mucho salir de nuestra rutina e introducir algún cambio. Es como si nos costase salir de nuestra zona de confort, esa que hemos construido a lo largo de los años. Pero si echamos la vista atrás, nos daremos cuenta de que nunca nada nos ha sido fácil desde el principio. Todo, absolutamente todo, ha supuesto un esfuerzo y una dificultad al empezar.
Si miramos hacia nuestros primeros años de vida, nos daremos cuenta de que aprendimos andar, comer, hablar, escribir… Era muy difícil para nosotros realizar todas esas acciones en nuestros primeros años de vida. Nos caíamos, cometíamos errores, nos costaba interiorizar los conocimientos… Sin embargo, ahora, nos parecen de lo más fácil.
“Difícil". Esa es la palabra de la que a veces nos aferramos para no intentar lo posible. Al principio, muchos retos parecen complicados porque tenemos que pasar por un proceso de aprendizaje. Un proceso en el cual entran en juego nuestra fuerza de voluntad, nuestra motivación, nuestras ganas y los objetivos que deseamos conseguir. Pensemos en cuando nos sacamos el carnet de conducir o de moto. Qué difícil era al principio atender a tantas cosas a la vez. No obstante, ahora lo hacemos todo casi sin pensar, de manera automática.
Con el paso de los años, parece que nos resistimos a los procesos de aprendizaje. Buscamos lo fácil, lo que nos cueste poco trabajo y lo que no suponga un cambio radical en nuestra vida, aunque sepamos que eso nos beneficiaría. No nos damos cuenta de que la dificultad es normal debido a la novedad, la falta de conocimientos y la falta de experiencia. No obstante, nos hartamos de decirnos “no puedo hacerlo”, “esto es demasiado para mí”, “es muy difícil”, “no lo voy a conseguir”....
Es como si no nos diéramos importancia a nosotros mismos, como si nos dejásemos en un segundo lugar poniéndonos excusas para no hacer lo que tanto bien nos supondría. Introducir nuevos hábitos es algo que cuesta. No obstante, los beneficios que acarrean son enormes. Porque, aunque todo es muy difícil ahora, lo normal es que con el tiempo se vuelva muy fácil.
Cuanto hacemos algo nuevo los resultados se van a materializar y cada vez nos va a parecer más fácil aquello que inicialmente nos pareció difícil. Sin embargo no desesperemos si no ocurre en el espacio y el tiempo que para nosotros sería el lógico o el esperado. Tengamos claro que la ciencia y filosofía de los logros se mueve en espacios, tiempos diferentes y que probablemente siempre hay una razón congruente para que las cosas sucedan cuando y de la manera en que lo hacen.