Nos llega las vacaciones y parece que nos hace sonar: mar, playa… cuando el mar hace más bien o relativamente poco: lugar de muerte, porque así nos lo enseñaba D. Pedro el maestro, es un ejemplo; ya que nos decía que el río Miño, iba a morir al mar por Tuy, igualmente los ríos Duero y Tajo en Oporto y Lisboa respectivamente; eso sí… lo hacíamos cantando como si no hubiese pena y a viva voz. Sabíamos muy bien que visitar en nuestras vacaciones el mar por aquellos entonces, era “un sueño, un misterio y una metáfora de la muerte donde desembocaba el rio de la vida, que nos enseñaban en la escuela”. Y eso que por aquellos entonces poco o nada sabíamos la frase del tocayo Manrique: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir…”. Sea como sea, nuestros abuelos incluso nuestros padres se murieron sin conocer el mar, salvo…salvo si en el servicio militarle tocó una ciudad con puerto de mar. Así que hace un par de día, montados o embarcados en un avión, alguien cercano le decía al extrañado nieto, que le llevaba unos treinta años en montar en avión… CONTINUARÁ. Saludos.