MEMBRIO: Lástima que nuestras abuelas no nos enseñaron que las...

Lástima que nuestras abuelas no nos enseñaron que las culebras cambiaban "la camiseta" que no es más que una piél, para poder seguir creciendo. Ellas estaban obcecadas, que se pasaba una culebra por la ropa extenuadas por los canchos de "La Azabuche" el que se la pusiera iba a tener un "culebrón" cual mas lejos de la realidad. Más acertadas estaban que ante una picadura de avispas, lo primero era poner barro en la picadura despues de intenttar quitar el "arrejon" (cuando decir rejón sería suficiente, pero no tiene el mismo impacto) y dar o echar tinta ante ua quemadura. Lo de poner un dedal de leche de burra en el oido ante una otitis... no lo tenemos seguro. Ahora comer culebras parece cosa de otro mundo, cuando más de uno la hemos comido allá por los años 50-60 sin tener que haber ido a Tailandia... que sí que iremnos y a más de uno en el camino le contaremos nuestras experiencias. SALUDOS.