RELATOS AL ATARDECER-CXCIII.
EL BUITRE Y LA PALOMA. Un horrible buitre y una hermosa paloma se acercaban a menudo a un castillo. Allí, los guardias, alimentaban a la paloma porque la veían hermosa, pero no hacían lo mismo con el buitre, y lo expulsaban a pedradas. Aun así, el animal volvía y se comía las ratas. Un día, los enemigos del monarca entraron en la fortificación y llegaron hasta la habitación del hijo pequeño del rey. La paloma no hizo nada por ayudar. El buitre, sin pensárselo, atacó a los invasores con todas sus fuerzas y éstos se asustaron, hasta que fueron capturados por los guardias.
Un sabio le dijo al rey: Majestad, podemos aprender algo muy importante de esto. No siempre lo que parece bonito a los ojos es realmente leal. A pesar de que la paloma fue alimentada todo este tiempo por los guardias, no hizo nada para defender a los que les daban comida. El buitre sí que fue capaz de luchar, aun sabiendo que no era bienvenido. La realidad nos ha demostrado que el buitre es más bello que la paloma, pues sus actos así lo fueron. Desde ese día, el rey mandó alimentar al buitre y dejar de hacerlo con la paloma, que no volvió más al castillo.
Esta fábula nos enseña que la apariencia externa no lo es todo. Siempre hay que mirar más allá de lo que ven los ojos, porque puede sorprenderte positivamente quien menos te imaginas.
EL BUITRE Y LA PALOMA. Un horrible buitre y una hermosa paloma se acercaban a menudo a un castillo. Allí, los guardias, alimentaban a la paloma porque la veían hermosa, pero no hacían lo mismo con el buitre, y lo expulsaban a pedradas. Aun así, el animal volvía y se comía las ratas. Un día, los enemigos del monarca entraron en la fortificación y llegaron hasta la habitación del hijo pequeño del rey. La paloma no hizo nada por ayudar. El buitre, sin pensárselo, atacó a los invasores con todas sus fuerzas y éstos se asustaron, hasta que fueron capturados por los guardias.
Un sabio le dijo al rey: Majestad, podemos aprender algo muy importante de esto. No siempre lo que parece bonito a los ojos es realmente leal. A pesar de que la paloma fue alimentada todo este tiempo por los guardias, no hizo nada para defender a los que les daban comida. El buitre sí que fue capaz de luchar, aun sabiendo que no era bienvenido. La realidad nos ha demostrado que el buitre es más bello que la paloma, pues sus actos así lo fueron. Desde ese día, el rey mandó alimentar al buitre y dejar de hacerlo con la paloma, que no volvió más al castillo.
Esta fábula nos enseña que la apariencia externa no lo es todo. Siempre hay que mirar más allá de lo que ven los ojos, porque puede sorprenderte positivamente quien menos te imaginas.