No lo discutimos de que alguna vez se intercambie opiniones; pero el sentimiento de culpa ha desaparecido por encanto; parece ser que todos somos muy buenos. En cambio a nadie se le ocurre ir diciendo por ahí: lo guapo y talentoso que es uno. No es posible que todos seamos unas excelentes personas. Por estos y otras cosas más el sentimiento de culpa incluso en la Semana Santa haya desaparecido. Y el pedir perdón parece que nos sigue costando; parece que nos sigue siendo más fácil, dar "vuelta a la tortilla", pero... ¿a quién engañamos? SALUDOS.