En fin... se nos fue hoy para siempre D. Ángel, sin haberle conseguido de que se le nombrase hijo predilecto de Membrio. Es una mácula en medio de una inmensa e impoluta satisfacción de habernos encontrado entre sus amigos. Quién nos iba a decir a nosotros, que a los pocos años después, era un "contrincante" más de los monaguillos que queríamos ayudarle de decir u oficiar misa. Quién nos iba a decir, que 50 años después colaborariamos a celebrar y festejar sus 50 años de orden sacerdotal en el patio de la discoteca " Volvoreta". Quién nos iba decir, que a sus postrimerías, nos iba elegir para escuchar sus anhelos y desenfadado. Quién le iba a decirle a él, que un hijo nuestro en su "atardecer", le ayudaría más de una vez la escalera donde en la capital. Nos queda la satisfacción de haberle despedido el sábado por la tarde en el hospital. Quisiera... pero sabemos que nos vamos llegar- corresponderle a sus amables palabras en la Hoja Parroquial; siendo párroco de Talavan escribió en 1978, escribió:"Ha muerto el sacristía de mi pueblo". Más de una vez nos oirán con D. Ángel, ya hay 5 sacerdotes en el cementerio de mi pueblo. Por supuesto, que me hubiese gustado mañana a las 5 de la tarde en el funeral en su parroquia y a pie du Excelsa Patrona que con tan hermosa pedagogía nos enseñó. Sabemos y retenemos que se fue con escasa ortodoxia de este su pueblo; pero ni se preocupe usted, que lo que nos le hicimos de vivo.... se lo haremos después de muerto Gracias a usted D. Ángel. Hasta siempre. SALUDOS.