![En zona del romero](/fotos_reducidas/9/9/6/01490996.jpg)
RELATOS AL ATARDECER-CCXVII.
CONFLICTO GENERACIONAL. Con motivo de una conferencia en la que se debatía a fondo el tema de las diferencias generacionales, se pudo escuchar a un joven un tanto engreído mientras le explicaba a un señor mayor cuál era el motivo, según él, de que los viejos no entendieran a los de su generación. Ustedes crecieron en un mundo muy diferente al nuestro. Pasamos de una época primitiva a otra moderna, le soltó al pobre anciano sin pensar si podría ofenderlo.
Y para argumentar dicha afirmación, el presumido jovenzuelo continuó con estas palabras: Los jóvenes de hoy hemos crecido con televisión, Internet, teléfonos móviles, aviones supersónicos, viajes al espacio. Vivimos el auge de la energía nuclear y hemos empezado a conducir coches eléctricos. Nuestros ordenadores procesan a velocidades de la luz.
El anciano permaneció en silencio antes de responderle así dijo: Hijo mío, tienes toda la razón. Nosotros no tuvimos esas cosas, pero "si las inventamos". Y tú, ¿qué estás haciendo para la próxima generación? El joven se quedó sin saber qué decir mientras todo el público aplaudía.
Esta historia debería hacernos reflexionar sobre lo mucho que debemos a quienes nos precedieron por todo lo que nos han legado.
CONFLICTO GENERACIONAL. Con motivo de una conferencia en la que se debatía a fondo el tema de las diferencias generacionales, se pudo escuchar a un joven un tanto engreído mientras le explicaba a un señor mayor cuál era el motivo, según él, de que los viejos no entendieran a los de su generación. Ustedes crecieron en un mundo muy diferente al nuestro. Pasamos de una época primitiva a otra moderna, le soltó al pobre anciano sin pensar si podría ofenderlo.
Y para argumentar dicha afirmación, el presumido jovenzuelo continuó con estas palabras: Los jóvenes de hoy hemos crecido con televisión, Internet, teléfonos móviles, aviones supersónicos, viajes al espacio. Vivimos el auge de la energía nuclear y hemos empezado a conducir coches eléctricos. Nuestros ordenadores procesan a velocidades de la luz.
El anciano permaneció en silencio antes de responderle así dijo: Hijo mío, tienes toda la razón. Nosotros no tuvimos esas cosas, pero "si las inventamos". Y tú, ¿qué estás haciendo para la próxima generación? El joven se quedó sin saber qué decir mientras todo el público aplaudía.
Esta historia debería hacernos reflexionar sobre lo mucho que debemos a quienes nos precedieron por todo lo que nos han legado.