Semana Santa en Membrío. Vamos a recoger los olorosos juncos de primavera a la Rivera; dudamos Rivera arriba, Rivera abajo. Vemos en una de sus muchas a un hortelano, que mima “el verde”. Le asustamos cuando reclamamos su atención perturbando su paz y sosiego: ¡Tío Juan: ¿podemos coger estas “lechuguillas”…! Sí, hombre… responde cariñosamente: como si queréis llevaros… lo que queráis. No hay duda que se vive en auténtica comunidad y se le protege. A cambio, el tío Juan te puede interrumpir el “juego de las cuatro esquinas” teniendo a la columna de la Plaza para “el queda”, para ir al estanco del tío Pablo para comprarle un “cuarterón” de tabaco. Ni te planteas el: “podía ir él…”. Tenemos enseñado por nuestros abuelos lo que es vivir en comunidad en el pueblo.
Empezamos a ver en la ribera de la Rivera – nuestros maestros nos enseñaron a diferenciar una cosa de la otra- un trozo de manto amarillo, interrumpiendo su visión unos tamujos. Cuando de pronto se oye un estampido…. CONTIBNUARÁ. Saludos.
Empezamos a ver en la ribera de la Rivera – nuestros maestros nos enseñaron a diferenciar una cosa de la otra- un trozo de manto amarillo, interrumpiendo su visión unos tamujos. Cuando de pronto se oye un estampido…. CONTIBNUARÁ. Saludos.