EL LINO. FÁBRICA DE PAÑOS
(27). El lino cultivado es una planta anual que puede llegar hasta un metro de altura con flor de color azul. Tiene propiedades: la de ser utilizada para la industria textil, y la de su fruto para producir aceite de linaza, que tiene propiedades curativas y para conservación de la madera.
Se siembra la clase “bayal” de secano por el 25 de abril –y mientras crece- no se hace más trabajo que sacarle las malas hierbas. Ya por el mes de julio –cuando se pone amarillo- ya esta preparado para arrancar. El lino se arranca con las manos, cogiéndolo en manojos, y se dejaba secar. Allí mismo se extrae la semiente sobre un banco. Luego se ata los mazos con los que se tenga a mano y se lleva al río. Aquí en Membrío se llevaba a la Rivera en los numerosos charcos que se excavaban o limpiaban para retener el agua para su fermentación.
Una vez secado y oreado por el mes de septiembre, se machaba con mazas de madera para separar la fibra de la corteza. Después se limpiaba de impurezas y se peinaba con un rastrillo. De esta manera se quedaba las fibras limpias, que unas servían para prendas de vestir y ajuar, y las más bastas para costales, bayetas, etc. Para blanquearlas se cocían las madejas con ceniza de encina y se soleaban para conseguir la blancura deseada. A esta operación se le llamaba curar la tela.
Hemos tenido constancia de este singular dato por el Interrogatorio de la Real Audiencia, que en su pregunta nº 36 –los regidores contestan negativamente- el titular de la parroquia Frey D. Pedro Cirilo Fernández de Villarroel refuta la consulta diciendo:… CONTINUARÁ. Saludos.
Y ahora a asistir a los aplausos desde ventanas, balcones y terrazas…. Y luego continuaremos.
(27). El lino cultivado es una planta anual que puede llegar hasta un metro de altura con flor de color azul. Tiene propiedades: la de ser utilizada para la industria textil, y la de su fruto para producir aceite de linaza, que tiene propiedades curativas y para conservación de la madera.
Se siembra la clase “bayal” de secano por el 25 de abril –y mientras crece- no se hace más trabajo que sacarle las malas hierbas. Ya por el mes de julio –cuando se pone amarillo- ya esta preparado para arrancar. El lino se arranca con las manos, cogiéndolo en manojos, y se dejaba secar. Allí mismo se extrae la semiente sobre un banco. Luego se ata los mazos con los que se tenga a mano y se lleva al río. Aquí en Membrío se llevaba a la Rivera en los numerosos charcos que se excavaban o limpiaban para retener el agua para su fermentación.
Una vez secado y oreado por el mes de septiembre, se machaba con mazas de madera para separar la fibra de la corteza. Después se limpiaba de impurezas y se peinaba con un rastrillo. De esta manera se quedaba las fibras limpias, que unas servían para prendas de vestir y ajuar, y las más bastas para costales, bayetas, etc. Para blanquearlas se cocían las madejas con ceniza de encina y se soleaban para conseguir la blancura deseada. A esta operación se le llamaba curar la tela.
Hemos tenido constancia de este singular dato por el Interrogatorio de la Real Audiencia, que en su pregunta nº 36 –los regidores contestan negativamente- el titular de la parroquia Frey D. Pedro Cirilo Fernández de Villarroel refuta la consulta diciendo:… CONTINUARÁ. Saludos.
Y ahora a asistir a los aplausos desde ventanas, balcones y terrazas…. Y luego continuaremos.