COSTUMBRES AL USO DE LAS FÉMINAS Y HOY SON NUESTRAS ABUELAS.
(166). Remotamente quedaron aquellas costumbres, que tenían que ver mucho con la idiosincrasia de la población (forma de pensar, de ser...) dentro de la conjugación del tiempo en el cual se desarrollaban; quizás más de 60 años. Unas costumbres que llenaban el tiempo de ocio con simpatía; tal vez una peculiar forma de divertirse. Las pandillas recorrían las calles del pueblo –agarradas del brazo- invadiéndoles las risas y el jolgorio; pero que era una estampa de aquel Membrío antiguo y que se nos ha ido de las manos, donde era necesario que interviniese la imaginación, fantasía o ilusión; cuestión que va en declive por muchas circunstancias que aquí no vamos a enumerar, porque son bastantes de precaver. ¡Y qué caray!... Para eso está la imaginación... Probémosla. CONTINUARÁ. Saludos.
(166). Remotamente quedaron aquellas costumbres, que tenían que ver mucho con la idiosincrasia de la población (forma de pensar, de ser...) dentro de la conjugación del tiempo en el cual se desarrollaban; quizás más de 60 años. Unas costumbres que llenaban el tiempo de ocio con simpatía; tal vez una peculiar forma de divertirse. Las pandillas recorrían las calles del pueblo –agarradas del brazo- invadiéndoles las risas y el jolgorio; pero que era una estampa de aquel Membrío antiguo y que se nos ha ido de las manos, donde era necesario que interviniese la imaginación, fantasía o ilusión; cuestión que va en declive por muchas circunstancias que aquí no vamos a enumerar, porque son bastantes de precaver. ¡Y qué caray!... Para eso está la imaginación... Probémosla. CONTINUARÁ. Saludos.