COSTUMBRES AL USO DE LAS FÉMINAS Y HOY SON NUESTRAS ABUELAS.
(166). Remotamente quedaron aquellas costumbres, que tenían que ver mucho con la idiosincrasia de la población (forma de pensar, de ser...) dentro de la conjugación del tiempo en el cual se desarrollaban; quizás más de 60 años. Unas costumbres que llenaban el tiempo de ocio con simpatía; tal vez una peculiar forma de divertirse. Las pandillas recorrían las calles del pueblo –agarradas del brazo- invadiéndoles las risas y el jolgorio; pero que era una estampa de aquel Membrío antiguo y que se nos ha ido de las manos, donde era necesario que interviniese la imaginación, fantasía o ilusión; cuestión que va en declive por muchas circunstancias que aquí no vamos a enumerar, porque son bastantes de precaver. ¡Y qué caray!... Para eso está la imaginación... Probémosla. CONTINUARÁ. Saludos.
(166). Remotamente quedaron aquellas costumbres, que tenían que ver mucho con la idiosincrasia de la población (forma de pensar, de ser...) dentro de la conjugación del tiempo en el cual se desarrollaban; quizás más de 60 años. Unas costumbres que llenaban el tiempo de ocio con simpatía; tal vez una peculiar forma de divertirse. Las pandillas recorrían las calles del pueblo –agarradas del brazo- invadiéndoles las risas y el jolgorio; pero que era una estampa de aquel Membrío antiguo y que se nos ha ido de las manos, donde era necesario que interviniese la imaginación, fantasía o ilusión; cuestión que va en declive por muchas circunstancias que aquí no vamos a enumerar, porque son bastantes de precaver. ¡Y qué caray!... Para eso está la imaginación... Probémosla. CONTINUARÁ. Saludos.
Entre las costumbres más usuales destacamos:
• (167) …“Las petacas”, que hacían las novias a las camas de sus novios. Todas las casas permanecían siempre abiertas y el concepto de vecindad era altísimo. Los sigilosos postigos, pestillos y cerrojos eran los cómplices o aliado de tal o cual fechoría…. CONTINUARÁ. Saludos.
• (167) …“Las petacas”, que hacían las novias a las camas de sus novios. Todas las casas permanecían siempre abiertas y el concepto de vecindad era altísimo. Los sigilosos postigos, pestillos y cerrojos eran los cómplices o aliado de tal o cual fechoría…. CONTINUARÁ. Saludos.
• (168) Si se llamaba a la puerta y alguien preguntaba: ¿quién es?, automáticamente recibía la respuesta: “Sabañones a tus pies... que yo ya los pasé”. Seguidamente se echaba sal en el zaguán. El arrojar sal era debido a la creencia de que así se curaban. Los “sabañones” (Hinchazón o ulceración de la piel en manos, pies y principalmente en orejas debido al frío excesivo) muy abundante antaño. Creencias había muchas…. CONTINUARÁ. Saludos.
• (169) ….Una de las más curiosas sin duda alguna, sería las marimantas. Membrío no podía ser ajeno a estas mitologías locales. Frecuentemente eran avistadas bien avanzada la noche o por la madrugada deambular por las calles del pueblo y casi siempre eran a finales de otoño o invierno; tal vez aprovechando la inmovilidad que produce el frío y la disminución de viandantes. Las marimantas llevaban una blanca sábana que le tapaba la cabeza. Atravesaban velozmente –lo suficiente para ser vista- las bocacalles sin decir ni mú... Tan frecuente que llegaron a formar junto al “coco” y “el sacamantecas”, ese triunvirato del miedo….CONTINUARÁ. Saludos.
• (170)… Los “columpios“o “columboños”. Una simple cuerda atada sobre un árbol y alguna persona sentada sobre ella mientras las demás le mecían. Solía ser el árbol un olivo y un rito en las matanzas.
• Las jóvenes iban a las callejas para pintarse los labios con papeles de colores, o ponerse lunares con las cabezas alfileres quemadas. CONTINUARÁ. Saludos.
• Las jóvenes iban a las callejas para pintarse los labios con papeles de colores, o ponerse lunares con las cabezas alfileres quemadas. CONTINUARÁ. Saludos.