Era parte de la arquitectura popular: El rincón… así se llamaba. Era el aprovechamiento que hacia cualquier vivienda y tapado por un “tejarejo”. Allí se reunían tardes enteras las vecinas costureras y las mozas casaderas con el fin de completar el ajuar. Lugar de resolana y cuando el tiempo era desapacible, un brasero de picón en el medio y unas mantas sobres sillas por donde el aire (viento) más daba. No faltaba ni mucho menos esa figura tan popular como…. CONTINUARÁ. Saludos.