CASOPLON BLINDADO
El Ministerio del Interior ha convertido el casoplón de Iglesias y Montero en todo un fortín. Desde que se decretó el estado de alarma y se suavizaron las medidas de confinamiento, han sido habituales las caceroladas de vecinos de Galapagar en las inmediaciones del chalé. Primero se destinaron más efectivos para evitar las molestias de las demostraciones de «jarabe democrático» que molestaban a los líderes podemitas.
Mientras el número de efectivos destinados a la protección de Iglesias-Montero iba en aumento, también crecía la inseguridad ciudadana en los municipios afectados por la reestructuración de las funciones de la Guardia Civil.
El colmo llegó cuando Interior decidió cortar la calle del casoplón de Pablo Iglesias, impidiendo el acceso al tráfico rodado y a los indignados vecinos, que seguían manifestándose contra la gestión del vicepresidente y su pareja.
El Ministerio del Interior ha convertido el casoplón de Iglesias y Montero en todo un fortín. Desde que se decretó el estado de alarma y se suavizaron las medidas de confinamiento, han sido habituales las caceroladas de vecinos de Galapagar en las inmediaciones del chalé. Primero se destinaron más efectivos para evitar las molestias de las demostraciones de «jarabe democrático» que molestaban a los líderes podemitas.
Mientras el número de efectivos destinados a la protección de Iglesias-Montero iba en aumento, también crecía la inseguridad ciudadana en los municipios afectados por la reestructuración de las funciones de la Guardia Civil.
El colmo llegó cuando Interior decidió cortar la calle del casoplón de Pablo Iglesias, impidiendo el acceso al tráfico rodado y a los indignados vecinos, que seguían manifestándose contra la gestión del vicepresidente y su pareja.