MUJER Y EL CÁNTARO. Los que tienen más de cincuenta años aún tienen entre sus recuerdos las imágenes de mujeres que llevaban en sus cabezas cántaros de agua. Ellas hacían una rueda con un trapo llamada rodilla, se lo ponían en la cabeza y sobre esa especie de almohadilla transportaban kilos de peso por las calles, manteniendo una postura erguida que asombraba a los ojos de los más pequeños. Las mujeres llevaban los cántaros de agua en la cabeza y en ocasiones en el hombro y en el cuadril.
Como no había agua corriente por aquellos años había que ir a los pozos a por agua para beber y para el consumo domestico.
Los hombres trabajaban en el campo de sol a sol y muchos festivos pero cuando podían colaboraban en la tarea de acarrear agua a casa con el burro al cual le ponían las aguaderas con cuatro cantaros, estos había que tapar con unos corchos llamados tapones, rodaja o tapa para que con el zarandeo no se derramara por el camino el agua.
Algunas mujeres si estaban fuertes llevaban un cántaro en la cabeza, otro en el cuadril y un cubo con agua en la otra mano y así aprovechaban bien el viaje y no tenían que ir y venir varias veces a por agua.
Como no había agua corriente por aquellos años había que ir a los pozos a por agua para beber y para el consumo domestico.
Los hombres trabajaban en el campo de sol a sol y muchos festivos pero cuando podían colaboraban en la tarea de acarrear agua a casa con el burro al cual le ponían las aguaderas con cuatro cantaros, estos había que tapar con unos corchos llamados tapones, rodaja o tapa para que con el zarandeo no se derramara por el camino el agua.
Algunas mujeres si estaban fuertes llevaban un cántaro en la cabeza, otro en el cuadril y un cubo con agua en la otra mano y así aprovechaban bien el viaje y no tenían que ir y venir varias veces a por agua.