Luz y gas para ti

MEMBRIO: MAS EXTREMADURA, MAS ESPAÑA....

MAS EXTREMADURA, MAS ESPAÑA.

TODO IBA PERFECTO para estas extremeñas. Un embarazo deseado, que evolucionaba bien; hasta que una prueba hace saltar las alarmas y los médicos pronuncian palabras que ninguna madre (y padre) está preparada para escuchar incluso mucho antes de ver por primera vez la cara de su hijo: «algo no va bien», «hay un problema», «tu bebé es inviable»... Un mazazo. Entonces ponen ante sus ojos el paso que deben dar: interrumpir su embarazo. Y les ofrecen la única alternativa que hay en la sanidad extremeña: acudir a una de las clínicas privadas con las que tienen concertado este servicio. Tras el diagnóstico, salen de la sanidad pública y entran en el mismo circuito al que derivan también a las mujeres que expresan su deseo de abortar (la ley permite hacerlo hasta la semana 14 y a partir de ese momento si hay un diagnóstico grave, como en estos casos). Se sienten solas en la gestión de su duelo porque “todos los hospitales públicos son objetores de conciencia”.