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MEMBRIO: Este comportamiento ocurre con frecuencia y no nos...

RELATOS AL ATARDECER-CCCVI
DOLOROSA CAÍDA. Cierto día, un hombre se cayó de una escalera y se hizo mucho daño. A pesar de los emplastos y de las pociones, el dolor le hacía sufrir terriblemente. Sus mejores amigos, enterados del incidente, fueron a consolarle.
Vaya, pero si esto no es nada. Hubiera podido ser mucho peor, dijo el primero nada más entrar por el portal.
Claro, deja de quejarte. Después de todo, no te has roto nada, afirmó el segundo, restando importancia a la aparatosa caída.
Sí, sí. Ya verás como muy pronto te vas a poner bien, le repuso el tercero, animándole a que dejara de lamentarse.
En el colmo del dolor, el joven se puso a pegar alaridos. ¡Salid todos de aquí! ¡Abandonad esta habitación en el acto! Y, sin contemplaciones, exclamó: Madre, la próxima vez no dejes entrar a nadie a menos que se haya caído alguna vez de una escalera.
Y es que, a veces, intentando ayudar a alguien, sin querer, empeoramos la situación si no hemos pasado por la misma circunstancia.

Este comportamiento ocurre con frecuencia y no nos damos cuenta que es posible que el que esté mal lo que quiere es paz y tranquilidad.