MAS EXTREMADURA, MAS ESPAÑA.
13). MAQUIS. MADRES Y GUERRILLERAS.
Las mujeres republicanas tuvieron un papel destacado durante el desarrollo de la Guerra Civil. Además de desarrollar labores en la retaguardia, durante los primeros meses del conflicto fueron milicianas que llegaron a combatir en el frente.
Finalizada la guerra, muchas de ellas resultaron una pieza clave para el maquis."El papel de la mujer en la guerrilla es un tema bastante desconocido. La mayoría de casos que cito en el libro comenzaron como enlaces y colaboradoras.
Personas que eran pagadas por las partidas para que consiguieran provisiones, medicinas, suministros… Sin embargo, cuando había sospechas de su comportamiento, porque en el entorno rural se conoce todo el mundo, antes de volver a su domicilio y correr el riesgo de ser detenidas, muchas de esas mujeres se incorporaron al maquis y fueron guerrilleras", explica Julián Chaves, que destaca las especiales adversidades a las que estas luchadoras tuvieron que enfrentarse en el monte.
"En el caso de las mujeres, a las dificultades de la lucha en las montañas se sumaron otras como, por ejemplo, que muchas de ellas se quedaron embarazadas.
Tras dar a luz en clandestinidad, tuvieron que dejar a sus hijos en la majada, en el cortijo o en las inmediaciones del pueblo para que alguien se hiciera cargo de ellos. No fueron abandonos, sino formas de solucionar una situación puntual, como demuestra el hecho de que, posteriormente, algunas de ellas buscaron a esos hijos y se reencontraron con ellos. Otras, sin embargo, les perdieron la pista y nunca supieron cuál fue su paradero".
FIN
13). MAQUIS. MADRES Y GUERRILLERAS.
Las mujeres republicanas tuvieron un papel destacado durante el desarrollo de la Guerra Civil. Además de desarrollar labores en la retaguardia, durante los primeros meses del conflicto fueron milicianas que llegaron a combatir en el frente.
Finalizada la guerra, muchas de ellas resultaron una pieza clave para el maquis."El papel de la mujer en la guerrilla es un tema bastante desconocido. La mayoría de casos que cito en el libro comenzaron como enlaces y colaboradoras.
Personas que eran pagadas por las partidas para que consiguieran provisiones, medicinas, suministros… Sin embargo, cuando había sospechas de su comportamiento, porque en el entorno rural se conoce todo el mundo, antes de volver a su domicilio y correr el riesgo de ser detenidas, muchas de esas mujeres se incorporaron al maquis y fueron guerrilleras", explica Julián Chaves, que destaca las especiales adversidades a las que estas luchadoras tuvieron que enfrentarse en el monte.
"En el caso de las mujeres, a las dificultades de la lucha en las montañas se sumaron otras como, por ejemplo, que muchas de ellas se quedaron embarazadas.
Tras dar a luz en clandestinidad, tuvieron que dejar a sus hijos en la majada, en el cortijo o en las inmediaciones del pueblo para que alguien se hiciera cargo de ellos. No fueron abandonos, sino formas de solucionar una situación puntual, como demuestra el hecho de que, posteriormente, algunas de ellas buscaron a esos hijos y se reencontraron con ellos. Otras, sin embargo, les perdieron la pista y nunca supieron cuál fue su paradero".
FIN