RELATOS AL ATARDECER-CCCXI
LOS VIANDANTES Y EL HACHA. Había una vez dos hombres que caminaban juntos por un espeso bosque cuando, de repente uno de ellos encontró por casualidad un hacha en el suelo y, orgulloso de su hallazgo, la recogió y se la quedó.
¡Qué bien, compañero, hemos encontrado un hacha! exclamó, contento, su amigo. No digas "hemos encontrado" sino "has encontrado" porque he sido yo quien la ha visto y la ha cogido, ¿no crees?
Instante después, fueron alcanzados por un leñador que había perdido el hacha, un hombre fuerte y robusto con cara de pocos amigos. Entonces, el que llevaba el hacha, dijo a su compañero: Creo que ahora que apareció su dueño estamos perdidos.
No digas "estamos perdidos" sino "estoy perdido" replicó éste, porque cuando encontraste el hacha no quisiste admitirme como parte del hallazgo.
Esta fábula nos enseña que, si no estás dispuesto a compartir tus éxitos, no esperes a que los demás compartan tus desgracias.
LOS VIANDANTES Y EL HACHA. Había una vez dos hombres que caminaban juntos por un espeso bosque cuando, de repente uno de ellos encontró por casualidad un hacha en el suelo y, orgulloso de su hallazgo, la recogió y se la quedó.
¡Qué bien, compañero, hemos encontrado un hacha! exclamó, contento, su amigo. No digas "hemos encontrado" sino "has encontrado" porque he sido yo quien la ha visto y la ha cogido, ¿no crees?
Instante después, fueron alcanzados por un leñador que había perdido el hacha, un hombre fuerte y robusto con cara de pocos amigos. Entonces, el que llevaba el hacha, dijo a su compañero: Creo que ahora que apareció su dueño estamos perdidos.
No digas "estamos perdidos" sino "estoy perdido" replicó éste, porque cuando encontraste el hacha no quisiste admitirme como parte del hallazgo.
Esta fábula nos enseña que, si no estás dispuesto a compartir tus éxitos, no esperes a que los demás compartan tus desgracias.