RELATOS AL ATARDECER-CCCXV.
LA TABLA DE MULTIPLICAR. Cierto día, un maestro de matemáticas de primaria escribió en la pizarra la tabla de multiplicar del 9. Todos los resultados eran correctos, excepto el primero, que en lugar de poner "9 por 1= 9", ponía "7 por 1 = 9".
Los alumnos rápidamente se percataron del error y empezaron a armar bullicio. Algunos, los más osados, no dudaron en burlarse directamente del profesor y, al final, contagiados por la actitud de estos, el resto se empezó a reír. El maestro, lejos de molestarse, esperó a que toso se quedaran en silencio y, entonces dijo: Me decepciona ver cómo percibís el mundo.
Los estudiante, asombrados, se quedaron en silencio sin entender nada. Me he equivocado a propositito para mostraros cómo nos comportamos ante un error de los demás, comentó. Nadie me ha felicitado por acertar nueve veces, pero os habéis reído de mí por cometer un error. Así que os daré un consejo: Aprended a valorar a las personas por sus aciertos y no estar a la expectativa de sus errores.
LA TABLA DE MULTIPLICAR. Cierto día, un maestro de matemáticas de primaria escribió en la pizarra la tabla de multiplicar del 9. Todos los resultados eran correctos, excepto el primero, que en lugar de poner "9 por 1= 9", ponía "7 por 1 = 9".
Los alumnos rápidamente se percataron del error y empezaron a armar bullicio. Algunos, los más osados, no dudaron en burlarse directamente del profesor y, al final, contagiados por la actitud de estos, el resto se empezó a reír. El maestro, lejos de molestarse, esperó a que toso se quedaran en silencio y, entonces dijo: Me decepciona ver cómo percibís el mundo.
Los estudiante, asombrados, se quedaron en silencio sin entender nada. Me he equivocado a propositito para mostraros cómo nos comportamos ante un error de los demás, comentó. Nadie me ha felicitado por acertar nueve veces, pero os habéis reído de mí por cometer un error. Así que os daré un consejo: Aprended a valorar a las personas por sus aciertos y no estar a la expectativa de sus errores.