LA MATANZA. En la actualidad su celebración tiene con preferencia un día festivo que ayuda a preservar las costumbres autóctonas de algo tan genuino y auténtico como es el conocimiento in situ de la materia prima y elaboración de un producto aprovechable al cien por cien que por algo dice el refrán: "del cerdo, hasta los andares"
Con la llegada del frío a Extremadura el mes de diciembre es el pistoletazo de salida para iniciar la época de matanza y retorna una de esas tradiciones ancestrales que nos siguen acompañando cada año. Cuando apenas está amaneciendo, y tras el tradicional desayuno con anís y dulces caseros, hombres y mujeres están preparados para llevar a cabo el sacrificio del cerdo y la elaboración de los distintos productos cárnicos derivados. El momento clave es el sacrificio, para lo cual varios hombres desplazan el cerdo a una mesa en la que el "matachín" ayudado de un cuchillo afilado de grandes dimensiones, da muerte al animal. Y es que controlar a un animal de más de cien kilos de peso no es tarea sencilla. Sin duda uno de los momentos más espectaculares e impactantes de la "matanza extremeña".
La sangre derramada es recogida en un gran barreño, donde se mueve continuamente en un único sentido para evitar que coagule. A continuación se chamusca al cerdo con ramas adecuadas para eliminar cualquier pelo que pueda tener el animal. Después viene el momento del despiece, colocando las distintas piezas en distintos barreños en función de la utilidad que se le vaya a dar. La carne obtenida es empleada en la elaboración de chorizos, salchichón, lomo, morcilla, patatera, jamón....
También se reservan otras piezas de carne para ser consumidas tal cual.
Con la llegada del frío a Extremadura el mes de diciembre es el pistoletazo de salida para iniciar la época de matanza y retorna una de esas tradiciones ancestrales que nos siguen acompañando cada año. Cuando apenas está amaneciendo, y tras el tradicional desayuno con anís y dulces caseros, hombres y mujeres están preparados para llevar a cabo el sacrificio del cerdo y la elaboración de los distintos productos cárnicos derivados. El momento clave es el sacrificio, para lo cual varios hombres desplazan el cerdo a una mesa en la que el "matachín" ayudado de un cuchillo afilado de grandes dimensiones, da muerte al animal. Y es que controlar a un animal de más de cien kilos de peso no es tarea sencilla. Sin duda uno de los momentos más espectaculares e impactantes de la "matanza extremeña".
La sangre derramada es recogida en un gran barreño, donde se mueve continuamente en un único sentido para evitar que coagule. A continuación se chamusca al cerdo con ramas adecuadas para eliminar cualquier pelo que pueda tener el animal. Después viene el momento del despiece, colocando las distintas piezas en distintos barreños en función de la utilidad que se le vaya a dar. La carne obtenida es empleada en la elaboración de chorizos, salchichón, lomo, morcilla, patatera, jamón....
También se reservan otras piezas de carne para ser consumidas tal cual.