RELATOS AL ATARDECER-CCCXXVII
LOS DOS JILGUEROS. Dos jilgueros estaban muy alegres tomando el fresco sobre un chopo. Uno se había posado en lo más alto de la copa, el otro, abajo, en la bifurcación de dos ramas. El jilguero que estaba arriba, dijo: "Hay que ver, qué bonito es el verde de estas hojas".
El jilguero que estaba abajo lo tomó como una provocación. Le respondió secamente: "Tú estás ciego" ¿No ves que son blancas? Y el que estaba arriba, todo picado: Tú sí que estás ciego, son verdes. Y el otro desde abajo, volviendo el pico amenazador hacia arriba: Te juego las plumas de la cola a que las hojas son blancas. El jilguero de la copa del chopo molesto, voló hacia su adversario, colocándose frente a él y, al mirar hacia arriba dijo, sorprendido: Llevas razón. Son blancas y, en tono conciliador, le pidió a su amigo dirigirse hacia lo alto del árbol. Pues sí que son verdes, dijo este al subir.
Esta historia nos enseña que en la vida puede haber diferentes puntos de vista y hay que respetarlos
LOS DOS JILGUEROS. Dos jilgueros estaban muy alegres tomando el fresco sobre un chopo. Uno se había posado en lo más alto de la copa, el otro, abajo, en la bifurcación de dos ramas. El jilguero que estaba arriba, dijo: "Hay que ver, qué bonito es el verde de estas hojas".
El jilguero que estaba abajo lo tomó como una provocación. Le respondió secamente: "Tú estás ciego" ¿No ves que son blancas? Y el que estaba arriba, todo picado: Tú sí que estás ciego, son verdes. Y el otro desde abajo, volviendo el pico amenazador hacia arriba: Te juego las plumas de la cola a que las hojas son blancas. El jilguero de la copa del chopo molesto, voló hacia su adversario, colocándose frente a él y, al mirar hacia arriba dijo, sorprendido: Llevas razón. Son blancas y, en tono conciliador, le pidió a su amigo dirigirse hacia lo alto del árbol. Pues sí que son verdes, dijo este al subir.
Esta historia nos enseña que en la vida puede haber diferentes puntos de vista y hay que respetarlos