MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER-CCCXXXI....

RELATOS AL ATARDECER-CCCXXXI.
LA TRAMPA PARA RATONES. Erase una vez en una granja un ratón escondido en un agujero en la pared. Un día, mientras se asomaba hacia la cocina, vio como el granjero y su esposa organizaban los artículos que acababan de comprar. El ratón enseguida se dio cuenta Asustado, se volvió a meter en su escondite y de allí corrió a toda velocidad a avisar a los animales de la granja. Pero le recibieron con indiferencia.
Han comprado una trampa para ratones, le contó a la gallina. El ave se rió. Lo siento por ti, amigo ratón, pero a mí eso no me preocupa. Entonces el roedor acudió al cerdo. Tienen una trampa para ratones. Y el cerdo le dijo: tienes mala suerte, rezaré para que no te pase nada, pero tampoco le hizo más caso. El ratón fue entonces a ver a la vaca, y esa tampoco se inmutó por la noticia: pequeño ratón, soy una vaca, no tengo nada que temer de una trampa para ratones.
El diminuto roedor se fue triste de vuelta hacia su escondrijo, determinado a enfrentarse solo a los peligros de la máquina infernal. Durante la noche el ruido característico del resorte de una trampa rompió el silencio. La mujer del granjero se levantó inmediatamente para comprobar cuál había sido la presa. Pero con las prisas, no tuvo cuidado y no se dio cuenta que lo que la trampa había atrapado era la cola de una serpiente venenosa. El animal furioso mordió a la granjera.
El granjero llevó a su mujer rápidamente al hospital, del cual volvió con una pequeña fiebre. El hombre pensaba que el mejor remedio contra la fiebre era un buen caldo de gallina, así que cogió su hacha y fue a matar a la gallina. Pero la mujer no mejoraba. A medida que su salud iba empeorando, los amigos de la pareja se acercaron a visitarla, y para darles de comer el granjero tuvo que matar al cerdo. Finalmente la mujer murió, y tantas personas vinieron al funeral que al hombre no le quedó más remedio que sacrificar a la vaca para poder tener carne suficiente para todas.
El ratón presenció todos los acontecimientos con gran tristeza. Sus amigos no se dieron cuenta de que cuando un peligro acecha a un solo miembro del grupo, todos están en peligro.