MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER - CCCXLI...

RELATOS AL ATARDECER - CCCXLI
EN BUSCA DE LA FELICIDAD. Cierto día, un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual; luego, por el poder y la riqueza; después, por la fama y la gloria; y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.
Un día soñó que le quedaban dos meses de vida y, tan vívido había sido ese sueño, que se dijo: Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean.
Y aquel buscador de la felicidad encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.
De este modo, comprendió que para ser feliz se necesita amar, aceptar la vida como viene, sentirse querido y valorado y aceptarse como uno es.
Y recordó la siguiente frase: Qué poco gozamos con lo que tenemos y cuánto sufrimos por lo que anhelamos.