MEMBRIO: RELATOS AL ATARDECER - CCCLVII...

RELATOS AL ATARDECER - CCCLVII
EL AGUA TURBIA. Un maestro se encontraba caminando acompañado de sus discípulos. Pasaron junto a un lago y pidió a uno de sus alumnos que le trajera agua. Pero cuando éste se acercó vio que había gente lavando la ropa, dejando el agua fangosa y turbia. El discípulo regresó y dijo: Maestro, el agua no es apta para beber. Entonces es mejor que descansemos junto a este árbol, respondió el maestro.
Una hora después solicitó al mismo discípulo que regresara al lago y le trajera agua. El discípulo descubrió que, esta vez, el agua estaba clara. El barro se había asentado y el agua parecía apta para beberse. Así que la recogió en una olla y se la llevó al maestro, que le dijo: Dejaste que el agua se calmara y el barro se asentara por sí solo, por lo que ahora tienes agua clara sin esfuerzo. Tu mente también es así. Cuando está perturbada, déjala estar. Dale tiempo. No tienes que esforzarte para calmarla. Se asentará por sí sola.
Recuerda que sólo podemos juzgar y tomar las mejores decisiones cuando mantenemos la calma.