MEMBRIO: No, Valdío, tú no fuiste. Porque, como muy bien acabas...

No, Valdío, tú no fuiste. Porque, como muy bien acabas de narrarnos, regresaste al pueblo con una bota y un calcetín. Yo me acuerdo perfectamente, y el paseo no fue muy agradable desde el río hasta casa. ¡Imagínense ustedes! El caso es que entre el fragor de la batalla, uno de los que iba con nosotros, desapareció. Cuando llegamos al pueblo estaba allí, lógicamente. Pero me acuerdo que nos asustamos un poquillo. ¿Pudo ser Gregorio? ¿Te acuerdas también del que se tiró al agua (bastante corriente, agua fría) con el fin de recuperar las botas? A la ida, hicimos una parada donde los chozos del Tío Ángel Vallejo. La comida, era la normal de los Santos: castañas, membrillos, nueces, higos, granadas, etc. No recuerdo otra comida, aunque es posible que la hubiese. Un saludo. PC