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MEMBRIO: Nunca hubo en el pueblo tantos monaguillos como en...

Nunca hubo en el pueblo tantos monaguillos como en la época que estaba de párroco Don José María. En estas fechas de todos los Santos y Difuntos estábamos muy atareados en la Iglesia y en el cementerio con actos característicos de estos días. Los monaguillos tocábamos las campanas día y noche; nos gustaba tanto hacerlas sonar, que éramos unos artistas en el manejo, resultándonos divertido. Nunca nos cansábamos. Por la mañana nuestros padres nos llevaban al campanario el desayuno, café con leche, migas con sardinas y picón para el brasero. Se reponían las fuerzas y sin parar ni un momento dale que te dale al movimiento de cuerdas para que suenen las campanas y las oigan todos los Santos.