Ahora es cuando nos acordamos de este hombre, incluso desde el Ayuntamiento (a título personal, que todo a hay que decirlo) por estas fechas, en la que empezamos a tirar los electrodomésticos - que nos parece que es el 28 de cada mes- y Cándido los recogía y los depositaba en su huerta. Bebimos también de aquél peculiar grifo que tenía dentro de una nevera. ¡Lástima que haya que fallecer para que se acuerden de uno! SALUDOS.