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MEMBRIO: Estaba yo con mi buen amigo Pepe Maquila, en Valencia...

Estaba yo con mi buen amigo Pepe Maquila, en Valencia de Alcántara, cuando lo llamaron para darle la noticia del fallecimiento de su primo hermano, Martín Patatero. ¿Quién de nuestro tiempo no se acuerda de Martín? Era de la pandilla de mi hermano Juan, Vísperas, Realito, etc. Y, efectivamente, la familia se tuvo que marchar cuando la terrible diáspora- como tantos otros- hacía Valencia del Cid. Y allí, como tantos otros, debieron de pagar a Caronte el correspondiente impuesto para cruzar la laguna Estígia. Tuvieron que cambiar, sin quererlo, el sabor azul del silencio y la hermosa compañía de sus encinares infinitos, por esa amalgama de hierro y cemento negro. Tuvieron que cambiar, sin quererlo, el juego de los bolindres y las cuatro esquinas, con sus amigos de siempre, por esa algarabía oscura de amistades impersonales. Es esa prisión del desarraigo, sin base ni fundamento, que te arrastra; mezcolanza de valores descompuestos. Martín ya no es nada; quizás su historia es la de tantos. Un abrazo para toda la familia. PC