Buenos días desde
Millanes.
Hoy la
foto que acompaña a mi saludo diario, es especial para mí y se la dedico a todos los millanejos.
Me hubiera gustado presentaros este libro como los anteriores para recibir vuestro calor, pero por culpa de este virus que nos ha descolocado a todos y que marcará un antes y un después en nuestras vidas, lo hago virtualmente.
La verdad es que no había pensado hacer otro libro sobre el
pueblo, pero escribiendo un pequeño relato de amor, sin darme cuenta se me colaron un montón de recuerdos de Millanes. Los he dejado plasmados en papel para compartirlos con todos vosotros.
Son muchas las veces que me he planteado lo de escribir, pues me considero una intrusa en el mundo de la literatura, donde los escritores dominan la palabra y conocen las herramientas para contar historias y transportarnos a mundos reales o imaginarios, pero en esta lucha surge la niña que llevo dentro y me empuja a sacar de mi interior todos mis recuerdos y vivencias, y como dicen que la ignorancia es atrevida, aquí estoy otra vez, escribiendo con el corazón y con la ilusión de que os guste tanto como mis anteriores títulos: Gamusinos y Trillique.
Como veréis en la contraportada del libro, una
posada y huéspedes imaginarios son el hilo conductor para contaros mi peculiar
historia. Esta se desarrolla en la segunda mitad del siglo XX; hace especial mención a los duros años sesenta en pleno éxodo de la emigración y se desarrolla hasta las
puertas del siglo XXI
Dentro de lo malo siempre hay algo bueno, y eso es lo que a mi me gusta recordar. Dar pequeñas pinceladas y dibujar de una manera menos sombría los momentos vividos. No os voy a contar nada que no sepáis pero seguro que os hará recordar algunos de aquellas vivencias, quizás ya olvidadas, y a los que todos tendréis muchas cosas que añadir haciendo vuestra esta historia.
Los que no vivieron esa etapa que pregunten a sus mayores para que valoren lo que tienen, pues a ellos, afortunadamente, les queda lejos lo de emigrar sin saber idiomas, sin un móvil en la mano para comunicarse o sin dinero; lo que es sentirse extranjero en tierra extraña y un poco también en la tuya cuando vuelves.
Mi pequeño
homenaje para los que se fueron y pasaron fronteras dejando a la
familia, o los que lo hicieron todos juntos y no miraron hacia atrás, a los que no volvieron o lo hicieron para reposar en el descanso eterno, a los que se quedaron y llevaron una vida austera con muchas privaciones y mantuvieron vivas nuestras raíces y la esperanza de que algún día las cosas cambiarán.
En este
paseo desde el Cerrillo al Perchel se han quedado
calles y personas en el
camino, pero todas, de alguna manera están reflejadas.
Este pueblo no tiene hechos que destaquen en la historia. Por no tener, no tiene ni una
picota en la
plaza, cosa que demuestra que no había grandes castigos porque la gente desde la memoria de los tiempos siempre ha sido buena. Aunque Millanes no tiene hitos fundamentales en su historia si que tiene una virtud que destaca entre otras y que sirve para definir al pueblo: sus gentes son acogedoras.
Doy las gracias a todos los que amablemente me cedieron
fotos, a todos los que pregunté para saber si esto o aquello era cierto.
A mi familia, aparte de darles las gracias por su ayuda, les pido perdón por lo pesada que soy a veces cuando pongo entusiasmo en algo.
Espero que este libro os haga recordar momentos agradables y nos ayude a mantener viva la historia de Millanes.