He tardado muchos días en contestarte, amigo Wenceslao, motivos de familia lo impidieron. Hoy con más calma, me dedico a responderte con todo mi afecto. Tu soneto acierta con sus versos, en la esclavitud donde está alojada esta sociedad que nos toca vivir. Sí, efectivamente, soy melancólica en mi poesía. Me hubiera gustado vivir en el siglo XIX, adoro la poesía de ese tiempo; también es verdad, que mis versos son reflejo de mi ser.
Vivo en Lanzarote hace años, mi madre era canaria. Es una isla diferente,única en su belleza plástica.
Te mando un poema que habla de Lanzarote, así la siento. Con mi afecto PILAR.
SOY LA VOZ DE TU LATIDO
Soy la voz de tu latido
que te descubre y te ama,
voy a decirte cantando
esta folía entonada:
Cómo agradece la lluvia
los campos de Lanzarote
que se visten primorosos
del amarillo hasta el verde.
En los valles, margaritas,
en los riscos, los bejeques,
y en los bordes del camino
siempre el "bobo"cimbreante.
Y hasta el volcán soberano
florido manto se pone,
ciñéndose blanca corona
cuando se posan las nubes.
El aire trae en sus ondas
tibios aromas del jable,
que el sol, con dulce constacia,
logró preñar de verdores.
La tabaiba en los barrancos,
la roja escarcha en las lomas,
y en los muros de las gavias
cae el geranio en guirnaldas;
amapolas, siemprevivas,
corregüela y malvarosa,
sinfonía de colores
que el son del viento acompaña.
En los regazoz se agosta
la tierna hierba que nace,
y en volanillos escapan
hacia el cielo azul celeste.
PILAR CÁCERES (LANZAROTE)
Vivo en Lanzarote hace años, mi madre era canaria. Es una isla diferente,única en su belleza plástica.
Te mando un poema que habla de Lanzarote, así la siento. Con mi afecto PILAR.
SOY LA VOZ DE TU LATIDO
Soy la voz de tu latido
que te descubre y te ama,
voy a decirte cantando
esta folía entonada:
Cómo agradece la lluvia
los campos de Lanzarote
que se visten primorosos
del amarillo hasta el verde.
En los valles, margaritas,
en los riscos, los bejeques,
y en los bordes del camino
siempre el "bobo"cimbreante.
Y hasta el volcán soberano
florido manto se pone,
ciñéndose blanca corona
cuando se posan las nubes.
El aire trae en sus ondas
tibios aromas del jable,
que el sol, con dulce constacia,
logró preñar de verdores.
La tabaiba en los barrancos,
la roja escarcha en las lomas,
y en los muros de las gavias
cae el geranio en guirnaldas;
amapolas, siemprevivas,
corregüela y malvarosa,
sinfonía de colores
que el son del viento acompaña.
En los regazoz se agosta
la tierna hierba que nace,
y en volanillos escapan
hacia el cielo azul celeste.
PILAR CÁCERES (LANZAROTE)