Quién no se acuerda de la vieja morera que había al lado del
puente viejo, el puente de
piedra que cruza el
rio hacia
Cilleros y al
cementerio o a la
piscina natural de la Alameda. La vieja morera donde todos los chicos hemos cogido hojas para los gusanos de seda. Un día de
tormenta que hacía un fortísimo viento se rompió. Pasaba esa tarde por allí, pero no llevaba cámara para haber hecho algunas
fotos. Allí estaba tumbada en el suelo, rota y entonces lo vi. Su tronco estaba hueco, completamente hueco, por eso la rompió el viento, además ya era muy vieja. Creo que todos los moralejanos la conocían incluso los más ancianos cuando nacieron ya estaba allí. Al comienzo del puente
camino a Cilleros. Recuerdo que a su lado pasaba una calzada empedrada que salía del
palacio de La Encomienda y recorría toda la margen del río por la calleja del
molino hasta la
carretera de Perales, donde dicen era la antigua calzada de Dalmacia que salía desde el puente y los vados del Tajo por Alconétar hasta Ciudad Rodrigo la antigua Mirobriga ciudad
romana fundada por vetones (Tribus celtíberas que poblaban estas tierras antes que las pisaran las legiones de Roma). Quizás si la hubiéramos cuidado convenientemente se hubiese salvado. El caso es que ya no está y en su lugar han plantado una nueva morera
joven y se salvó un retoño que le salía desde una de sus raíces que llegaba hasta el río y también se está cuidando este retoño original de la vieja morera, así que ahora hay dos, pero muy jóvenes y pequeñas. Esperemos que lleguen a crecer tanto como la original. Como cada vez que paso por allí la echo de menos, parece que falta algo, que ya no es el mismo lugar donde los chavales iban a conseguir hojas para los gusanos de seda. Por eso subo esta
foto que hice pocos meses antes de que un vendaval nos quitara uno de los
árboles más originales y conocidos del
pueblo.
También recuerdo los enormes chopos que había en "La Aceña" y otros más a lo largo de nuestros
paisajes más típicos. Es lo que tiene el progreso todo lo cambia, aunque a veces bien merecía dejar vivir y cuidar estos hermosos y grandes árboles que nos han conocido a todos los moralejanos, algunos conocieron incluso a nuestros abuelos y a los abuelos de sus abuelos. Algunos árboles viven varios siglos y otros miles de años,
OLIVOS, ENCINAS, ROBLES,
CASTAÑOS, FRESNOS, ALISOS, CHOPOS, OLMOS, etc... Eran respetados por nuestros antepasados, incluso en las
plazas de los
pueblos siempre solía haber un gran y anciano
árbol donde se reunían los consejos y las personas del pueblo para decidir cosas. ¿Porqué no respetarlos aunque sean muy muy ancianos?. Aunque en los últimos años parece que si lo estamos logrando, aun hay que poner más empeño en cuidarlos y protegerlos, ya que son patrimonio vivo de nuestra cultura y nuestra tierra.